La pesca artesanal reclama más atención por parte de la administración

Mientras la consejera de Agricultura y Pesca, Clara Aguilera, anuncia nuevas iniciativas para el sector pesquero y da por "concluido" el compromiso de la Junta de Andalucía con la Autoridad Portuaria de Almería (esta misma semana hizo entrega de 2,6 millones para la segunda fase de las obras de modernización del Puerto almeriense), hay una parte del sector que reclama una mayor atención para poder, simplemente, subsistir.

Se trata de los pescadores artesanales de la zona Cabo de Gata-Níjar, trabajadores infatigables a los que cada día les cuesta más poder salir a la mar con sus pequeñas embarcaciones. Las inclemencias climatológicas no son su principal preocupación. Aspectos como el incremento en el precio de los carburantes o el derribo de las casetas de los pescadores por parte de Costas son algunos de los problemas a los que tienen que enfrentarse periódicamente los profesionales de este pequeño gremio.

Luis Rodríguez, presidente de la asociación Pescartes, resume el divario entre la situación del sector más comercial y el tradicional en una frase que adquiere tintes mayores de letanía a cada palabra que pronuncia. "En 1995 se construyó el paseo marítimo y echaron a los barcos de su sitio. Nos construyeron unas cuantas casetas y, cuando los pescadores hicieron otras, Costas las derribó porque estaban en espacios que, decían, no eran nuestros. Sin embargo, en el Puerto de Almería han contruido 108 y las viejas conviven con las nuevas...".

Los problemas no quedan ahí. Rodríguez se queja del balizamiento que se realizó el año pasado en la costa oriental de la provincia. "Hoy en día la playa es de la gente que viene a bañarse, se está primando el turismo, a pesar de que ambos son compatibles".

Ante la declaración de la consejera, que dijo esta semana que se van a constituir dos grupos de Desarrollo Pesquero para fomentar la diversidad del sector, Rodríguez se muestra esperanzado, pero tiene sus reservas ante el desarrollo de esta iniciativa. "Es una buena noticia", admite, "el tema está en cómo se gestione y qué gente se meta ahí".

Según el presidente de Pescartes, hay "tres asociaciones que comercializan todo el pescado de la lonja y no informan" al resto de las actividades que se llevan a cabo. Su petición es clara: "que no pase como siempre, que no se enfoque todo a lo más grande" y olviden a este 'subsector' tradicional por vía de su condición minoritaria. "Si somos cuatro como si somos cuarenta". Rodríguez reclama una parcela para los pescadores de la zona de Cabo de Gata-Níjar dentro de las iniciativas que se promuevan.

Pescador 'de artes' desde la infancia, el presidente de Pescartes ha co-escrito junto a Macarena Molina, licenciada en Ciencias del Mar, un libro que reivindica un espacio propio y alejado del olvido para la pesca artesanal.

El pasado 8 de junio presentaron la publicación de 'El legado patrimonial de la pesca artesanal en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar' en el varadero del Puerto capitalino. La elección de la fecha no fue casual. Ese lunes se conmemoraba el Día Mundial de los Océanos.

El libro hace un repaso de la historia viva de las 'artes' pesqueras tradicionales y es, en sí mismo, un compendio de sabiduría que recoge las técnicas y utensilios tradicionales utilizados en la zona de Cabo de Gata-Níjar desde hace varias generaciones.

Durante su intervención, Macarena Molina señaló la importancia que tiene el gremio para la conservación del ecosistema marino. "Las praderas de posidonia de Cabo de Gata están ahí gracias al respeto de los pescadores de artes", afirmaba la experta en Ciencias del Mar. La escritora del libro quiso hacer hincapié en el desconocimiento general que se tiene acerca de un sector que ha sido "el núcleo de origen de los asentamientos en Almería".

Además, tanto Molina como Rodríguez destacaron la importancia de la mujer dentro de la actividad pesquera.

"Me llama la atención que se hable de su incorporación al mundo laboral", expresó el co-autor de la obra. "Mujeres como mi madre han hecho un trabajo enorme desde siempre. Llevaban once hijos para adelante y creaban sus propios negocios". Todo un reconocimiento a la labor de las mujeres de la mar.