“El pescador debe llevar la pesca y el mar en la sangre”

Pesca

Más de veinte años lleva Paco Jiménez como Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de Adra

Pocos defienden al sector con más dignidad que él

Paco Jiménez, en el Puerto de Adra, donde es Patrón Mayor.
Paco Jiménez, en el Puerto de Adra, donde es Patrón Mayor. / Rafael González

Por la mañana no pudo atender la entrevista porque se remangó la camisa para ayudar a reparar un barco que tenía problemas. Después le tocó echar una mano a todos los trabajadores del Puerto de Adra, donde le quieren y le aprecian. Y por la tarde, amable como pocos, contó a Diario de Almería su apasionante historia.

–¿Cómo se inicia en el mundo de la pesca?

–Soy hijo de pescador, mi padre se murió con 35 años, cuando yo tenía 3. Llevo en la sangre la pesca, es importante que el pescador tenga ese sentimiento con el mar. Mi madre se tiró al campo porque era lo que había en los años sesenta y setenta, pero mi hermano Gabriel y yo teníamos el gusanillo de la pesca. Me casé en Adra y se presentó la ocasión de presentarme a Patrón Mayor y llevo ya 22 años.

–¿En qué consiste su cargo?

–Represento al sector y trato de hacerlo con la mayor dignidad posible. La Cofradía es una coorporación de derecho público que representa a los armadores y trabajadores. Es casi un ayuntamiento en manos del sector pesquero, las cofradías de pescadores no tienen nada que ver con el pensamiento del sindicato vertical, no vienen de la época de Franco, sino que tienen varios siglos. Los pescadores se unieron en los Pósitos Pesqueros y luego nacieron las Cofradías. Es una forma de gobernar muy buena, es importante que haya diálogo continuo entre la parte empresarial y la trabajadora.

–¿Sigue saliendo a la mar?

–He salido durante años, ahora he salido menos, pero el mes que viene posiblemente me embarque en un barco de arrastre porque todavía no está resuelto el tema de la fábrica de hielo. Tendremos una reunión pronto para tratar de ponerle una solución, es la única fábrica que sigue funcionando en la provincia.

“En mi casa se come de todo, pero sobre todo pescado porque tiene muchas propiedades para el corazón”

–¿Cómo es la experiencia de embarcarse?

–Es maravilloso. El arte menor es un trabajo más manual, cuando yo empecé no había jaladores. Las traíñas es la pesca de cerco y Adra es un pueblo históricamente cerquero y artesanal, tenemos cinco barcos de arrastre. Salir a pescar es maravilloso, sólo tienes contacto con el mar y con la gente con la que vas a bordo. Cuando calas y terminas de arrastrar, ves que vienen unas cuantas cajas de calamares, de salmonetes... Si vienen algunas cajas de gamba roja ya es el no va más. Es una pesca muy limpia, que viene con alguna pintarroja o alguna pota. Se pesca más o menos en 450 metros.

–¿En su casa se come otra cosa que no sea pescado?

–En mi casa se come de todo, pero el pescado bastante. Está demostrado lo cardiosaludable que es. No puedo entender al comisario de Pesca de la UE, todas las trabas que ha puesto al arrastre en aguas profundas. La gamba, por ejemplo, hay que pescarla con el arrastre, es una pesca de fondo. No entiendo a este comisario, los informes que tiene no son reales. Se ha desguazado una importante cantidad de la flota de arrastre y estamos haciendo una pesquería bastante sostenible.

–¿Por qué esa barba larga y tupida? Es de lobo solitario de mar.

–Lo simboliza todo. El 3 de diciembre de 2006 me trepanaron, estuve al final del túnel, donde estaba la luz blanca que todo el mundo dice ver antes de la muerte. Fue un momento de paz, cuando llegué a la luz, había un hombre sentado en un butacón, con la barba más blanca y larga que la mía. Fui a abrir la puerta para entrar y San Pedro me dijo: “No joven, a ti no te esperamos aquí todavía”. Tuvimos una conversación muy interesante. San Pedro también era pescador, dejó sus artes por seguir a Jesús. Y desde entonces, me dejo la barba.

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