Esta plaza de Almería es una esperanza para los comercios de barrio: "Los bares son lo que más vida da"

Negocios

Entre la Avenida de la Estación y Gregorio Marañón, 3 de abril se ha convertido en una zona en auge para los negocios

Fue uno de los bingos más famosos de Almería y ahora se vende por un millón de euros

Terraza de la plaza 3 de abril.
Terraza de la plaza 3 de abril. / Marian León

Durante años había sido una plaza a medio acabar, con edificios que se construían, calles que se asfaltaban y locales que buscaban dueños. Ahora, la situación de la plaza 3 de abril de Almería, que une el Mercadona de Plaza Barcelona con la calle Gregorio Marañón, vive un esplendor que llevaba tiempo esperando. La última apertura ha sido una churrería. Antes llegaron la escuela infantil o la tienda de ropa. Hasta la Junta de Andalucía tiene un edificio en este lugar, en el inmueble que antes ocupaba Cajamar.

Que la plaza ha ganado vida lo saben todos, también quienes dan vida a los negocios. Cintia atiende a su público de Miracle Home, la tienda que linda con la Carretera de Ronda, mientras atiende a las pertinentes preguntas de Diario de Almería. “La nueva cafetería es lo que más vida nos está dando, al igual que el supermercado”, comenta. La gente llega, toma unos churros y se queda a comprar. El movimiento de gente, explica, está creciendo gracias a la hostelería. “Antes un sábado por la mañana estaba todo vacío y ahora está lleno”, explica.

Es una “zona de expansión comercial en una plaza peatonal rodeada de una guardería, bancos, y diferentes comercios”. Así lo define la inmobiliaria que intenta vender los pocos locales que quedan disponibles en los bajos de los edficios. Para quien se quiera lanzar a la aventura, el precio del alquiler ronda los mil euros mensuales. Si a Cintia le preguntasen, ella pondría un bar. “Es lo que más vida da”, recalca. “Una calle de mucho tránsito”, apostilla la oferta.

Esta plaza es un templo para los vecinos, un refugio donde hacer su vida.
Esta plaza es un templo para los vecinos, un refugio donde hacer su vida. / Marian León

Ese extremo es cierto. La plaza está encajada entre dos de las arterias con más tráfico del centro almeriense, la Avenida de la Estación y Gregorio Marañón. Está rodeada de bares y negocios variopintos que abastecen la necesidad de un barrio especialmente poblado. Un entorno prolífico que no han aprovechado otras plazas cercanas, como la de la Guardia Civil, donde dos de los cuatro negocios que dan a este ‘pulmón verde’ de Oliveros están desocupados. En uno de esos espacios falta el bar, uno de los que más historia tenía en el barrio, especialmente por su barbacoa en la terraza, que cerró en la pandemia.

“La gente va a los centros comerciales, pero allí no está todo"

Que la gente camine es fundamental para los negocios de barrio. “La clientela va de paso y se queda, es una zona con movimiento pero había gente que no sabía que aquí había negocios”, recuerda Cintia. Las nuevas familias del barrio, las que ocupan los edificios que se han ido llenando en los últimos años, son quienes deben mantener estos negocios activos, pero su clientela no se ciñe solo a ellos. “Tenemos de todo, desde gente que viene expresamente a buscarnos hasta quienes viven por aquí y compran”, defiende.

Locales en la plaza.
Locales en la plaza. / Marian León

Que las tiendas de barrio sobrevivan, ahora que han aumentado las grandes superficies comerciales, es casi un milagro. Que nuevas zonas comerciales proliferen en pleno centro, un ítem a destacar. “Es un logro viendo como está el Paseo, la gente se va a los centros comerciales, pero allí no está todo”, recalca Cintia, quien cree que “cuando se busca atención más personalizada, negocios como nosotros la damos”.

Sigue la vida en esta plaza de la capital, que va ocupando poco a poco sus negocios. Se transforma así en la última esperanza de los negocios de barrio, tan ‘maltratados’ por las nuevas plataformas en los últimos años, para reivindicarse como lo que son, vertebradores del territorio.

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