La reparación de bastidores de la desaladora de Carboneras encarece su mantenimiento

Acuamed eleva en más de 4,3 millones de euros el contrato adjudicado a Sacyr ante la necesidad de acometer obras de reparación

La desaladora de Carboneras ya está en producción y se asegura el suministro a todos los pueblos

Desaladora de Carboneras
Desaladora de Carboneras / Javier Alonso

El buen funcionamiento de la desaladora de Carboneras es fundamental principalmente para el futuro agrícola del Campo de Níjar, pero también para los núcleos urbanos que se abastecen de su volumen diario de agua desalada. Por eso, los fallos que se produjeron en hasta tres bastidores en el último año (de marzo de 2024 a febrero de 2025) dejó en una situación muy precaria y de dificultad extrema a regantes y administraciones públicas.

La necesidad de acometer las reparaciones de la planta levantina ha llevado al consejo de administración de Acuamed a elevar hasta los 35 millones de euros (más de 4,3 millones) el contrato adjudicado a Sacyr Agua SL para operar y mantener la desaladora, según publicaba Europa Press. La entidad accede a elevar el gasto inicial a petición de la adjudicataria, que se hizo con el contrato licitado por 40,4 millones de euros en enero de 2024, al entender que las actuaciones a realizar se corresponden a causas “sobrevenidas” e “imprevisibles” inicialmente.

La primera de las roturas en uno de los bastidores se produjo 15 días antes de que la empresa iniciara las operaciones de mantenimiento de la planta en marzo de 2024, según el informe consultado por la agencia de comunicación en el que se basa el modificado. Así, tras su arreglo, se anotó la rotura de otra tubería en el mismo bastidor en junio de 2024 así como una tercera avería, en un bastidor distinto, en febrero de este año.

Los ensayos mecánicos derivados de dicha evaluación, encargada ante el “claro riesgo de que las roturas de estos elementos se hicieran extensivas al resto” de la planta, revelaron en diciembre de 2024 la existencia de fisuras, fugas y tubos flexionados. En concreto, el muestro posterior determinó que “en torno al 90% de los tubos instalados presentaban alguna patología”.

La empresa adjudicataria señala que las roturas, que asistió en un primer momento a través de la partida fijada para imprevistos, “no eran previsibles” cuando se licitó el contrato ante la “vida útil normalmente aceptada para este tipo de elementos” y en función de la vida de la planta. “A día hoy se están analizando las posibles causas que hayan podido contribuir a la rotura de dichos tubos”, exponen en su informe de mayo.

Habrá que detener la planta para ejecutar las obras

En lo referente a la ejecución de las obras, Sacyr puso de manifiesto que la Inspección de Trabajo y Seguridad Social emitió en abril de este año una “orden de paralización” con la que prohibía la realización de trabajos “delante de los bastidores mientras que estos estén en funcionamiento”. El contrato, adjudicado inicialmente contemplaba un periodo de 48 meses para realizar trabajos de mantenimiento y operación de la planta, así como para, dentro del mismo periodo, proyectar y ejecutar actuaciones para la mejora de su eficiencia.

Si bien Acuamed encargó en abril la adquisición de los 1.275 tubos a reemplazar junto con las piezas y elementos necesarios, su instalación queda a cargo de Sacyr Agua SL., que debe compatibilizar el funcionamiento de la planta con las obras en un momento de “máxima demanda de agua”. La empresa alega que las reparaciones no obedecen a una situación “puntual” en la planta, sino que el alcance de los trabajos es extensivo “a toda la planta”, por lo que el presupuesto por el que se adjudicó esta tarea resulta ahora “insuficiente”.

De esta forma, la empresa pública ha accedido a elevar en más de 4,3 millones de euros el contrato a Sacyr para acometer las obras de reparación de una de las desaladoras más antiguas con las que opera Acuamed, que cuenta con 12 bastidores destinados a producir unos 120.000 metros cúbicos de agua desalada al día para la provincia.

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