El restaurante mexicano que trajo los tacos y las enchiladas a Almería cumple 30 años: "Fue un auténtico boom"

Hostelería

El pasado 26 de mayo Ana y Antonio soplaron las velas de un negocio familiar que llena de vida y de 'picante jalapeño' su barrio

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Antonio y Ana brindan con sendas Coronitas por los 30 años de 'El Lagarto'.
Antonio y Ana brindan con sendas Coronitas por los 30 años de 'El Lagarto'. / Javier Alonso

Las horas del almuerzo y la cena están llenas de vida en Costacabana. Tanto en invierno como en verano. Curioso tratándose de una pequeña barriada, donde el día a día es muy apacible, pero carece de ciertos negocios. Incluso faltan unas pistas deportivas para que los niños, como toda la vida han hecho, puedan jugar en la calle. La explicación al atractivo que tiene este núcleo urbano, además de en su playa, hay que encontrarla en sus bares. Concretamente, en un restaurante pionero de la comida mexicana en Almería: El Lagarto.

Treinta años han pasado desde que un 26 de mayo de 1995 Juan Fernández y Santiago Domínguez sirvieron los primeros tequilas y unas ricas enchiladas a los vecinos de Costacabana. "Fue un boom, estaba todos los días llenos. No tenía aún terraza, las calles no estaban tan bien asfaltadas, estaba en funcionamiento la depuradora... y aún así, se llenaba todos los días", recuerdan Ana y Antonio, actuales propietarios y familia de los fundadores.

A finales del siglo pasado, cuando en Costacabana todavía se mantenía gracias a una Entidad de Conservación y hasta tenía una piscina pública para sus vecinos, Juan Fernández regresaba de trabajar en restaurantes de Alemania con la intención de montar un negocio propio en su tierra. "Mi hermano fue cogiendo experiencia en Constanza (ciudad del sur de Alemania, que hace frontera con Suiza), su idea era innovar, traer la cocina mexicana a Almería cuando aún no se estilaban este tipo de restaurantes", recuerda Ana. Y lo hizo, vaya que si lo hizo. Ahí está su legado de 30 años sirviendo chiles, nachos y quesadillas: "En los primeros años, mi hermano y mi primo [Juan y Santiago respectivamente] servían platos mexicanos y tenían una carta amplia de cervezas de importación y tequilas. Después cogió el negocio mi madre, que fue metiendo tapas en la carta. Y en 2015 nos hicimos nosotros cargo del local y mantuvimos los platos mexicanos que más gustaban con tapas como lagarto, chilipitas, chile con carne, taco pastor", explica Ana mientras muestra fotos históricas del día de la apertura: "Nosotros, que por entonces trabajábamos en el sector de los muebles de hogar, éramos clientes habituales. Era un espectáculo venir aquí a comer o cenar", asegura Antonio.

Juan y Santiago abrieron en 1995 el restaurante.
Juan y Santiago abrieron en 1995 el restaurante. / Archivo del restaurante.

En estos treinta años [todo un éxito para cualquier negocio mantenerse abierto], la cocina ha evolucionado, el barrio ha cambiado y recuperado sus playas y los vecinos han envejecido junto a El Lagarto. "Aquí tenemos muchísimas historias. Piensa que estamos entre la tercera y la cuarta generación de clientes, había gente que venía de niños con sus padres, se enamoraron en estas mesas y ahora vienen ya como padres de familia. Es que aquí hemos celebrado hasta comuniones, nuestra clientela es fenomenal", dice orgulloso el matrimonio, que celebró el aniversario del restaurante rodeado de sus clientes/amigos: “Nos lo pasamos fenomenal, recordamos muchísimas anécdotas y a muchos amigos y trabajadores que se han implicado a lo largo de estos años en el proyecto”.

Ana y Javier, dueños del 2005 al 2015.
Ana y Javier, dueños del 2005 al 2015. / Archivo del restaurante.

Restaurante Mexicano-Mediterráneo

A pesar de estar situado en un barrio eminentemente veraniego, El Lagarto ha ido diversificando su oferta, adaptando su carta a días de mayor y menor afluencia. Así, Ana y Juan incluyeron el apellido Mediterráneo a la denominación del restaurante al mezclar comidas de ambas cocinas. "Nosotros hemos estudiado a nuestros clientes, gracias a los ordenadores sabemos lo que más se pide y lo que menos, lo que nos ha llevado a ir mejorando. Así, quitamos algunas tapas que se consumían menos como nopales y tamales, e introdujimos el jalisco o el taco pastor, entre otros", indica Juan que apunta que hay algunos que siempre están de moda como las quesadillas o los nachos hacienda: "Conservamos las recetas de hace 30 años, todo lo hacemos nosotros y ésa es una de nuestras señas de identidad".

Para testar las nuevas tapas. con el punto exacto de picante que le transmite el jalapeño o el peculiar sabor caribeño de algunas salsas, nada mejor que darlas a probar a algunos clientes. "A la gente con la que tenemos más confianza, les hemos dado a probar algún plato nuevo. Tenemos un grupo que todas las semanas se sienta en la misma mesa, a los que bautizamos como los Papanachos porque fueron los primeros en probar esa tapa y es una de las más exitosas", dice con una sonrisa en la boca Antonio: "Durante la semana también hacemos guisos como lentejas, cocido o trigo, para la gente que prefiere menú", lo que ayuda a mantener la clientela más allá del fin de semana y el verano.

El Lagarto, nombre de herencia familiar

Siendo restaurante de comida mexicana, el nombre de 'El Lagarto' le viene que ni anillo al dedo. Sin embargo, la razón va más allá de este reptil tradicional de los desiertos almeriense y mexicano, hay que encontrarla en un vínculo familiar. "Cuando mi hermano Juan abrió, estuvimos un tiempo dándole vueltas. Y se nos ocurrió lo de 'El Lagarto', porque era el apodo que tenía en Cóbdar mi abuelo Juan", explica Ana. Dicho y hecho, nombre del local y de una de la tapa más famosa.

Las Coronitas están ya dejando paso los cócteles mexicanos, este martes preveraniego de junio ya es caluroso y eso anima a los clientes a tomarse algo fresco bajo la estrellada noche costacabanera tras terminar de tapear. "La celebración del aniversario fue muy emocionante, una de nuestras mejores noches aquí", se sinceran los propietarios con la vista puesta en un verano que volverá a triplicar la población normal de Costacabana y por ende, a llenar noche sí y noche también la terraza de El Lagarto: "Vamos a aprovechar las páginas del periódico para decir que no cerramos en octubre, que aquí vamos a seguir", apostilla Ana en referencia al clásico chismorreo de barrio de hace muchos años sobre que el restaurante iba a bajar la persianas en ese mes. Ni mucho menos, los almerienes y todos los turistas que por aquí anden, van a seguir disfrutando del agradable ambiente y el sabor mexicano de El Lagarto.

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