La falta de lluvia y las restricciones impuestas a la llegada de agua están exponiendo los cultivos del levante almeriense a una situación de extrema dificultad para su continuidad y, en consecuencia, poniendo en riesgo la economía de los productores. O el tiempo meteorológico da su brazo a torcer o 2023 se presenta complicado.

A principios de semana la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura (ATS) analizaba la situación del sistema y confirmaba el mantenimiento del nivel 3 para noviembre y, apuntaba, que esta situación se mantendrá previsiblemente durante el semestre completo. Con ello, concluía que en aplicación de la normativa vigente se podría autorizar un trasvase de forma discrecional pero motivada, de hasta 20 hectómetros cúbicos (hm3) para este mes. Finalmente, el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, que toma la decisión cuando el nivel es el mencionado, solo ha autorizado un trasvase desde los embalses de Entrepeñas-Buendía a través del acueducto Tajo-Segura de 7,5 hm³ para abastecimientos urbanos, es decir, cero para regadío y van tres meses consecutivos. Con esto la Comunidad de Regantes de Lorca (Murcia) informaba que prevé que, a partir del mes de enero de 2023, y con los recursos existentes, se verían obligados a reducir el suministro de agua. Y la situación del levante almeriense no es distinta a la del pueblo vecino, “la situación es muy grave”, mantiene Fernando Rubio, presidente de la Junta Central de Usuarios del Almanzora.

Ante la ausencia de agua trasvasada del Negratín y del Tajo-Segura, de acuerdo a las palabras de Rubio, los regantes del Almanzora están sobreviviendo gracias a los pozos salinos para terminar la cosecha, pero las segundas plantaciones, que comienzan a partir de finales de diciembre y continúan en enero, pintan negras, “de persistir la situación, va a ser un caos”, augura el presidente de la junta central de usuarios, quien estima que, sin aportes de agua y sin lluvia, se prevé que se plante un 50% menos de cultivos. Hay que recordar que ya en septiembre el portavoz de la Mesa del Agua de Almería señalaba a este diario que en el Almanzora, donde el cultivo al aire libre tiene gran protagonismo, sobre todo en hoja, quedaría un 30% de superficie sin plantar.