La provincia de Almería le ha sacado provecho a la pandemia y las recomendaciones que en su momento se dieron de distancia social, para explotar uno de los segmentos más importantes que presenta el turismo: el rural. Desde 2020, el número de turistas que opta por alojamientos rurales no para de crecer, como consecuencia de las buenas instalaciones de las que goza la provincia, así como de los innumerables rincones para perderse alejados de la ciudad y la costa, siempre más masificadas.

Según los datos publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística, fueron 1.585 los viajeros los que optaron por el turismo rural en el pasado mes de abril, donde coincidió la Semana Santa con el puente del 1 de mayo, con un total de 3.912 pernoctaciones. Los números son ligeramente superiores a los de marzo (1.517 viajeros, -4,3%, y 3.248 pernoctaciones).

Con respecto al pasado año, se observa que el mes de abril fue importante para el turismo rural, con una clara tendencia alcista desde tiempos prepandémicos. El de 2022 fue todavía mejor que este pasado 2023: 1.651 viajeros (+4%) y 4.024 pernoctaciones (+2,8%). Comparándolo con 2019, el que mejor marca el crecimiento rural, los números hablan por sí solos: +41% de viajeros en 2023 (939 hubo en el último abril antes del confinamiento) y +39,4% de pernoctaciones (2.371).

Con estas cifras a las puertas del verano, se observa que Almería está sabiendo sacar tajada al interior de su provincia, donde la oferta de apartamentos, campings y albergues cada vez es mayor. Aunque no se puede comparar con el turismo costero, que es el segmento mayoritario sobre todo en los meses de verano y para los turistas extranjeros, el rural sobre todo permite a los almerienses que no viajen, pasar unos días fuera de casa.