La vendimia celebra las lluvias de primavera y deja vinos excelentes en las bodegas de Almería

Los viñedos de Laujar de Andarax están frondosos, fuertes y sanos con una uva de calidad extraordinaria que presenta buen nivel de producción

El vino blanco es el que más se vende: así es como triunfan las bodegas en la provincia de Almería

Trabajadores cortando racimos de uvas en los viñedos de Bodega Fuente Victoria. / Javier Alonso

La recolección de la uva y la elaboración del vino están en su pleno apogeo en la provincia de Almería, donde las últimas lluvias del mes de marzo fueron la salvación de las vides en la zona alpujarreña del Alto Andarax.

En la Bodega Fuente Victoria, reciben la visita de Diario de Almería con ‘las manos en la masa’ porque es día de pisar la uva cosechada para transformarla en vino. Nacho Suárez, gerente de la bodega, vuelca las cajas del fruto en la despalilladora para que esta la transporte a la prensa, y después a las cubas para que fermente y se convierta en vino.

Hasta él llega una uva de extraordinaria calidad, recién cosechada en las más de 40 hectáreas de viñedos que tiene repartidos por la zona de Laujar de Andarax, a altitudes desde los 950 hasta los 1.600 metros. Allí, sus trabajadores cortan la uva con mucho mimo y una maestría envidiables, que en alguno de los casos es fruto de más de 12 años de experiencia en el sector. En total, son cerca de una veintena de personas las que conforman el auténtico motor de la viña, y que se encargan de cortar, cargar y transportar el fruto para más tarde hacer el vino.

“Son unos máquinas, tenemos mucha suerte de que cada año encontremos personal de este nivel que rinda tan bien, y estamos muy orgullosos de que sea gente del pueblo a la que podemos dar empleo”, apunta Pedro, padre del dueño y el encargado de controlar que la labor en el campo se desarrolla correctamente.

Estos viticultores llegaron a la bodega en 2015, y lo primero que hicieron fue recuperar los viñedos autóctonos que estaban abandonados. “Algunas de las cepas tienen más de 70 años y estaban casi perdidas porque durante un tiempo no hubo interés por este cultivo en la zona, así que llegamos a acuerdos con los propietarios para volver a ponerlas en producción”, explica Pedro.

Las vides, están ahora frondosas, fuertes y sanas, y se espera una buena cosecha con más producción y mejor calidad de la uva. Las lluvias de primavera vinieron muy bien a las plantas, y el granizo que cayó a primero de agosto apenas ha afectado a la uva en esta zona, donde tampoco el exceso de humedad por las precipitaciones ha supuesto la aparición de oídio, la que es una de las enfermedades más temidas de la uva. Así, se espera que la producción no se vea mermada notablemente en esta campaña, en un año que “ha sido complicado en cuanto a enfermedades a nivel nacional”.

Las previsiones apuntan a que este año se recogerán en esta bodega almeriense aproximadamente 100.000 kilos de uva, con los que se elaborarán sobre 70.000 litros de vino. “El rendimiento es bueno este año y podríamos estar ante una cosecha de vino excelente”, apunta Nacho, quien contínuamente hace mediciones y catas del fruto en las propias viñas para determinar el nivel de acidez óptimo antes de ser recolectada.

La primera en cosecharse es la variedad Merlot, que es sin duda la que peor se adapta a las condiciones de la zona, en contraposición con la Jáén Blanca, Macabeo y Tempranillo, que son cepas autóctonas muy productivas y bien asentadas en esta región almeriense.

En cuanto a sus vinos, se venden principalmente en las provincias de Almería y Granada. “En verano hemos vendido mucho blanco, del que me quedan 10.000 litros hasta marzo del año que viene, y en los tintos la demanda se ha visto reducida un poco pero siguen teniendo una buena salida”, apunta. Sus principales compradores son sin duda los bares de tapas, muy especialmente los de la propia zona que apuestan con firmeza por los buenos caldos que da su tierra. Además, llegan a Holanda, Asia, Alemania y Gran Bretaña.

Aún así, vender el vino sigue siendo lo más difícil. Los distribuidores de vino, en su mayoría, no apuestan por los vinos almerienses a pesar de su gran calidad y el valor exclusivo que les aporta el hecho de que se elaboran en pequeñas bodegas y bajos volúmenes. “Ven en nosotros una gran competencia”, explica Nacho, quien apunta a que los expertos tienen acuerdos con marcas específicas y obtienen comisión de sus ventas por lo que no les interesa perder cuota de mercado. Por su parte, la Bodega Fuente Victoria, se nutre de los distribuidores de cerveza de los bares, o incluso de la venta directa que es la que consideran más eficiente. “Lo importante no es competir con las bodegas vecinas, si no ofrecer variedad bajo la marca del vino de Almería sin quitarles su lugar ni devaluar a los demás”, apunta.

Pero sin duda, lo más rentable del negocio vitivinícola, son las visitas guiadas que permiten a los turistas conocer los procesos de elaboración a la vez que se les acerca a la marca invitándole a descubrir productos nuevos que conquistan a todo el que lo prueba.

Ahora, con casi toda la uva cortada y los depósitos llenos, solo queda esperar que la uva fermente para que los enófilos disfruten del que se espera que sea uno de los mejores vinos de los últimos años.

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