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Bolsonaro mantiene silencio tras perder la Presidencia brasileña ante Lula

  • El líder ultraderechista no ha reconocido la derrota ni felicitado a su rival, que le superó por menos de dos puntos

  • El Partido de los Trabajadores de Lula espera poder inicia el proceso de transición en 48 horas

  • Lula gana y volverá a ser presidente

Lula da Silva pronuncia un discurso tras su triunfo en la segunda vuelta de las elecciones.

Lula da Silva pronuncia un discurso tras su triunfo en la segunda vuelta de las elecciones. / Sebastiao Moreira (Efe)

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, derrotado en las elecciones de este domingo por el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, seguía en absoluto silencio y sin comentar el resultado de las urnas unas 16 horas después de concluido el escrutinio.

Bolsonaro, líder de la ultraderecha y que perdió las elecciones por una diferencia de menos de dos puntos porcentuales, pasó la noche en su residencia oficial en Brasilia y este lunes se dirigió al palacio presidencial, pero sin hacer ninguna declaración.

Febril desde siempre en las redes sociales, también ha permanecido en silencio en esas plataformas.

Aunque el mandatario no ha reconocido la derrota ni mucho menos ha felicitado a Lula, su mayor antagonista en la política, el resultado no ha dejado dudas para muchos de los principales referentes del bolsonarismo, que por el contrario han admitido la victoria del candidato progresista ya la misma noche del domingo.

Pese a que se ha dirigido al palacio presidencial, la agenda oficial de Bolsonaro seguía hasta el mediodía de este lunes en Brasil "sin compromisos oficiales".

Tampoco han comentado el resultado de las elecciones dos de sus hijos: el diputado Eduardo y el concejal de Río de Janeiro Carlos Bolsonaro, que, como su padre, son usualmente activos en las redes sociales, pero han desaparecido de internet desde la confirmación de la victoria de Lula.

Este domingo, Eduardo Bolsonaro llegó a seguir el recuento de votos en un directo por internet con dos dirigentes de la extrema derecha, pero en el momento en que la tendencia favorable a Lula era ya casi irreversible, lo suspendió sin explicar las razones.

Sólo el senador Flávio Bolsonaro, hijo mayor del presidente, afirmó este lunes que no van a "desistir" de Brasil y agradeció el apoyo de los votantes de su padre. "¡Gracias a cada uno que nos ayudó a rescatar el patriotismo, que rezó, fue a la calle, dio su sudor por el país que está funcionando y dio a Bolsonaro la mayor votación de su vida!", indicó el senador en su cuenta de Twitter, en donde no detalla si reconoce o no el triunfo de Lula da Silva.

Durante el último año, cuando las encuestas comenzaron a dibujar que Lula se perfilaba como favorito, Bolsonaro mantuvo una dura campaña contra el sistema de votación que se usa en Brasil desde 1996 y llegó a insinuar que, en caso de una derrota, podría no reconocer el resultado.

Por su parte, el Partido de los Trabajadores (PT), de Lula da Silva, espera poder iniciar el proceso de transición en un plazo de 48 horas, como indica la ley.

La presidenta del PT, Gleissi Hoffmann, explicó que la formación realizó este lunes una primera reunión interna y deberá definir en un plazo de 48 horas el nombre del coordinador y del equipo de transición, que estará integrado por 50 personas.

"Por ley tenemos 48 horas para iniciar eso (la transición), para organizarnos y después conversar con el Gobierno", precisó la dirigente del PT.

El presidente Bolsonaro todavía no ha telefoneado a Lula para felicitarle ni ha realizado ninguna declaración pública desde que se anunció el resultado de las elecciones del domingo.

Con el 100% de las urnas escrutadas, Lula ganó las elecciones presidenciales del domingo por un ajustado margen al recibir el 50,9% de los votos frente al 49,1% que obtuvo el actual gobernante, que aspiraba a un nuevo mandato de cuatro años.

Hoffmann descartó que el partido vaya a "judicializar" por el momento el proceso de transición y expresó su confianza en que sea un proceso "lo más tranquilo y "razonable" por el "bien de Brasil".

Lula asumirá de nuevo la Presidencia de Brasil el 1 de enero de 2023 para un tercer mandato, después de haber gobernado el país entre 2003 y 2010.

La victoria de Lula ha desatado el entusiasmo en Europa y otros países del mundo, que consideran que supondrá la vuelta de Brasil a la colaboración para resolver "desafíos comunes" de ámbito internacional y, sobre todo, en la lucha contra el cambio climático.

Alemania cree que la victoria de Lula es "un triunfo de la democracia brasileña", el Reino Unido pone de relieve la importancia de colaborar en los "recursos naturales del planeta y la promoción de los valores democráticos" y Francia alude a que es "un nuevo capítulo de la historia de Brasil".

Estas felicitaciones se suman a las que realizó, entre otros, el presidente de EEUU, Joe Biden, sólo 40 minutos después de que se hiciera oficial la victoria de Lula en unas elecciones que calificó de "libres, justas y fiables".

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dijo que los brasileños han decidido "apostar por el progreso y la esperanza" y que trabajará con Lula "por la justicia social, la igualdad y contra el cambio climático".

Desde la UE, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, resaltó la necesidad de "abordar los apremiantes desafíos globales, desde la seguridad alimentaria hasta el comercio y el cambio climático", mientras que el presidente del Consejo Europeo se refirió a "retos globales: paz y estabilidad, prosperidad y cambio climático. Y trabajaremos con toda la región".

La nueva primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, también quiere afrontar con Lula "los desafíos comunes": "Italia y Brasil seguirán trabajando juntos en nombre de la amistad histórica entre nuestros pueblos y para desarrollar "aún más la tradicional y buena relación bilateral".

China felicitó este lunes a Lula da Silva por su triunfo en las elecciones y agregó que está dispuesta a trabajar con ese país para llevar las relaciones bilaterales a "un nuevo nivel".

Los lazos entre ambos países se enfriaron durante la presidencia de Bolsonaro, quien durante la anterior campaña presidencial brasileña lanzó duras críticas contra el gigante asiático, del que llegó a decir que "estaba comprando Brasil".

El presidente ruso, Vladimir Putin, felicitó a Lula da Silva por su victoria en las elecciones, "que confirman su elevado prestigio político", manifestó su confianza en que se garantice el "ulterior desarrollo de la cooperación constructiva ruso-brasileña en todos los ámbitos" y le deseó "éxitos, salud y bienestar"

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