Los Afectos Diversos cierran ‘Mare Musicum’ con una actuación histórica
Música
En una gran actuación la formación dirigida por Nacho Rodríguez iluminó la despedida del Festival de Música Antigua de Roquetas en el Castillo
En un espectacular cierre de festival, el grupo vocal de polifonía Los Afectos Diversos dejó una huella imborrable en Mare Musicum. Bajo el título Officium Defunctorum-Novo Modo, la formación dirigida por Nacho Rodríguez ofreció una emocionante interpretación de la misa de réquiem compuesta por el legendario Tomás Luis de Victoria en memoria de la emperatriz Margarita de Austria.
Los Afectos Diversos tejió con maestría sobre las tablas del castillo de Santa Ana un programa emotivo que combinó a la perfección la inmortal obra de Victoria con obras de renombrados compositores portugueses de la época como Manuel Cardoso y Duarte Lobo. Esta cuidadosa selección musical creó una narrativa envolvente en torno a la muerte que transitó por la melancolía y el dolor hasta la aceptación y la redención ante ésta.
La audiencia esperó respetuosamente en un silencio absoluto durante todo el concierto para sumergirse en la experiencia única ofrecida por Los Afectos Diversos. La potencia y la armonía del coro a seis voces generaron momentos sublimes, como el magnífico Graduale: Réquiem Aeternam, donde los contrapuntos vocales abrieron un camino hacia los mismos cielos para recibir el espíritu de la fallecida emperatriz.
El énfasis en el poder del texto fue notable en la interpretación, y para cimentar la comprensión del discurso, Los Afectos Diversos contaron con la participación de los virtuosos arpistas Manuel Vilas y Laura Puerto, así como del órgano, para otorgar una dimensión elevada a algunas partes de la obra, como al motete Versa est in luctum. Momento en el que el autor, creando una atmósfera profundamente conmovedora, describe la transformación de su arpa en luto y el órgano en la voz de los que lloran.
Con un réquiem, Mare Musicum se despidió en medio de alegrías y elogios de una comunidad de aficionados leales a este evento. Con gran expectación, esperan que el espíritu de este festival renazca el próximo verano con un nuevo y emocionante programa de música antigua. La interpretación de Los Afectos Diversos perdurará como un punto destacado de esta edición del festival, dejando una profunda impresión en los corazones y los oídos de todos los presentes.
El Festival Mare Musicum ha llegado a su fin. Recordar que arranco el 8 de julio, con L’Estro D’Orfeo con su concierto L’Arte di diminuire. Este conjunto de calidad excepcional, ensemble especializado en la música instrumental de finales del siglo XVI y principios del XVII, empleó instrumentos históricos. El día, 9 de julio actuaron Pablo Zapico y Daniel Zapico que ofrecieron el concierto Sonatine Private. Pablo Zapico y Daniel Zapico son dos especialistas inequívocos de sus instrumentos: el archilaúd y la tiorba, respectivamente.
El 10 de julio, la formación Cantoría ofreció el programa Lenguas malas y el martes, 11 de julio actuó Ensemble Alfonsí con el programa Instrumentos para loar a Santa María. El 12 de julio llegaba al Festival la formación Vesalius con El baile de la Cantada: Cantadas humanas inéditas del primer tercio del siglo XVIII.
El 13 de julio actuó la Joven Orquesta Barroca de Sevilla y la Joven Orquesta de la Escuela Municipal de Música de Roquetas de Mar que interpretaron el programa De Italia a inglaterra: Un paseo por la Europa del Barroco. El 14 de julio llegaba la formación Mediterrània Consort con el programa The Haendel’s Delight: Integral de lasSonataspara flauta de pico.
Mediterrània Consort muestran su virtuosismo con Haendel
Mediterrània Consort dirigida por el flautista valenciano David Antich, acompañado por Ignasi Jordà al órgano y clave, Juan Carlos de Mulder al archilaúd y Leonardo Luckert al violonchelo barroco dejó sobre las tablas el viernes, una interpretación sobre la integral de las sonatas de flauta de pico de Haendel: un compendio de seis sonatas del genio operístico alemán, escritas entre 1717 y 1724, en plena etapa de madurez como compositor, cuando Haendel ya residía en Londres. Con estas sonatas, la flauta de pico alcanza una dimensión desconocida, pasando de un instrumento que coloreaba escenas pastoriles o espirituales, a convertirse en una voz operística, propiamente dicha. En los ágiles dedos de David Antich, esta asimilación, adquiere vida propia a base de imposibles y bellísimos ornamentos improvisados que fluyen veloces sobre la melodía como las Lágrimas de San Lorenzo en las noches de verano. Todo el virtuosismo de Antich fue sostenido con robustez por el bajo continuo de Ignasi Jordà, el excelente trabajo de este teclista consagrado que soportaba la melodía, como el titán Atlas aguantaba la bóveda celeste.
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