Café Quijano ofrece un directo único con sus grandes canciones en Almería
Más de dos horas y media en las que los hermanos Manuel, Raúl y Óscar presentaron ‘Manhattan’ y compartieron sus grandes himnos
Café Quijano se reencontró el sábado con sus fieles seguidores que les han acompañado a lo largo de más de dos décadas, desde que se convirtieran en superventas con el pop-rock latino de La Taberna del Buda, un sonido que han recuperado para su nueva producción, Manhattan.
En un concierto como los de antes, con más de dos horas y media de duración, hubo tiempo para rememorar hits como La Lola, Tequila o Cerrando bares, para enamorarse con los boleros clásicos Qué se será de mí, Qué más da o Te matan los celos, para conocer sus nuevos temas, tales como La Jamaicana, Alma negra o Manhattan y para provocar el éxtasis con nada menos que cuatro bises, donde compartieron Desde Brasil, Nada de ná, Perdóname y concluyeron con La Taberna del Buda.
Hay conciertos donde la demanda de entradas temprana denota el palpitar del público y, la actuación de los hermanos Manuel, Raúl y Óscar Quijano dentro de la programación del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería experimentó un interés desde el primer instante hasta acabar agotando las entradas, en una estampa que ya se está haciendo habitual en el Auditorio Maestro Padilla, tras dejar atrás lo peor de la pandemia.
Un público que se sabía sus canciones de memoria, se emocionó con las baladas, e incluso hubo fans perfectamente equipadas con pancartas. Café Quijano respondió con su habitual calidad vocal y musical, y con todo el cariño hacia sus seguidores, regalando más de una veintena de canciones.
Como explica en el relato que Manuel introduce antes de cada tema, “Café Quijano somos unos contadores de historias musicales”, que, como insisten “no hemos protagonizado, aunque alguna de ellas ya nos hubiera gustado”. La entrada en escena como grandes estrellas dio paso a una primera parte donde quisieron brindar homenaje al bolero clásico, al que han dedicado sus últimos tres discos.
Vestidos con un formal traje, han cantado con elegancia y seducción boleros que enamoran, donde se cuentan fascinantes historias de pareja, y también algún desamor: Qué será de mí, Qué más da, Te matan los celos, Cuatro palabras, nada más, Me enamoras con todo, que aseguran es su favorita, y Robarle tiempo al tiempo, acompañado con los aplausos del público.
Tras unos minutos instrumentales para cambiarse de vestuario, aceleraron el ritmo y mostraron su cara más gamberra y tabernera, esa imagen y temas que les llevaron a lo más alto, y que han recuperado en su nueva producción, Manhattan. A lo largo de la noche realizaron un viaje por su historia musical, aderezada con la presentación de las novedades de su recién estrenado disco. Con Tequila comenzó el cambio de tercio, que siguió con Cerrando bares, Sólo te puedo decir, Dame de esa boca, La vida no es la, la, la, recordaron el canto que compartieron con Joaquín Sabina No tienes corazón, y dieron a conocer Mi melancolía, Manhattan, Alma negra y La Jamaicana, muy del gusto del público.
La felicidad se apreciaba en los ojos de sus seguidores, que dentro de la cultura segura iban ataviados con mascarilla, y que bailaron sentados La Lola, tema que cerró el concierto, tras dos horas. O eso creían, pues en los bises regalaron cuatro temas, Desde Brasil, Nada de ná, Perdóname y La Taberna del buda’.
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