Festival de Vélez Blanco

Cándida Martínez: "María Bayo ha sido un regalo; vamos a intentar que actúe en Vélez-Blanco"

  • La directora del Festival de Música Renacentista y Barroca lo valora como un éxito

  • Ha contado con la soprano navarra como profesora del curso de canto: “Primamos la calidad de la formación a tener un mayor número de alumnos”

Cándida Martínez está al frente de la organización del Festival de Vélez-Blanco.

Cándida Martínez está al frente de la organización del Festival de Vélez-Blanco. / Javier Alonso

Ha finalizado el XXI Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez-Blanco. Durante nueve días el pueblo se ha llenado de cultura, con conciertos en los espacios monumentales y cursos de formación en historia y música, con casi un centenar de alumnos. Ahora toca hacer balance.

–Ha finalizado la XXI edición del Festival de Vélez-Blanco. ¿Qué balance hace de las actuaciones que han pasado por el pueblo en estos nueve días?

–Se han cubierto los objetivos que nos planteamos: ofrecer una panorámica de la relación, el flujo de ida y vuelta, entre la música de Italia y de España. Se ha podido ver a través de los conciertos, desde el primero de Vesalius con la voz de Cristina Bayón, hasta los últimos en el castillo, con esa influencia de la música italiana en ella zarzuela y la primera ópera española. O el cierre final que hicimos con Haydn, que aunque es otra dimensión, fue una obra que se encargó y estrenó en España. Además el aforo ha estado completo en todos los conciertos, con entradas vendidas o reservadas desde hace mucho tiempo. Y, por supuesto, la calidad de los grupos ha sido excelente, algo que ya sabíamos cuando contamos con ellos, pero siempre sorprende la calidad instrumental y de voces que hemos tenido: Carlos Mena, con Concerto 1700, Harmonía del Parnàs con Marta Infante, Aurora Peña con la Real Cámara… Son grupos muy buenos que realmente han hecho las delicias musicales del público.

–Una de las novedades de este año era que el Seminario Internacional de Historia adquiría categoría de Taller Doctoral. ¿Cómo ha funcionado?

–Ha sido de las grandísimas novedades de este año. Bueno, el Seminario llevamos muchísimos años haciéndolo, pero lo cierto es que este año ha adquirido un carácter más internacional. Primero, porque ha colaborado la Escuela de Altos Estudios de París en la organización del seminario, implicando a alumnos que están estudiando en ‘La École’ y con el refuerzo del profesor Jean-Frédéric Schaub, que se suma a la presencia de siempre de Bernard Vincent. Segundo, porque han participado alumnos, doctorandos, que han presentado sus investigaciones y han llegado desde Italia, Francia, Colombia, Portugal y España. Todos han mostrado su satisfacción por el desarrollo de este seminario y han deseado que vuelva a hacerse con esta misma dinámica. Ha sido un éxito completo, pues de hecho las matrículas se cubrieron en solo una semana.

–En ese sentido, ¿de cara al año próximo se plantean ampliar las plazas para el Seminario de Historia?

–Es difícil ampliar, porque queremos que los espacios donde se realizan los cursos sean los adecuados. No se trata de incorporar muchísimos alumnos, sino que los que vienen reciban una formación de calidad. Está claro que nos gustaría contar con muchísimos alumnos, pero a veces no es posible. Por ejemplo, en este Seminario de Historia como taller doctora, al durar cinco días no podemos incorporar más alumnos que presenten sus tesis doctorales porque no hay tiempo material. Por lo tanto, se seleccionan a los doctorandos. Este año podríamos haber tenido 40 personas, pero eso no permite tener un debate con ellos en profundidad. Por lo tanto, primamos la calidad de la formación a la cantidad de personas. Lo mismo pasa con el curso de canto, pues para que la formación que recibe el alumnado sea excelente no podemos tener 20 alumnos, porque la profesora no podría trabajar esas voces con tiempo suficiente. Por lo tanto, insisto, primamos siempre la excelencia de la formación, al número de estudiantes, aunque siempre sea importante.

–Precisamente en el curso de canto han tenido a María Bayo como profesora. ¿Cómo ha sido contar este ella?

–Ha sido un lujo completo. Haber tenido a María Bayo es uno de esos regalos que puede tener Vélez Blanco y este festival. Es la grande de la ópera en España en estos momentos. Tuvimos que hacer una selección del alumnado, porque se presentó muchísima gente, y ella seleccionó a ocho y se ha visto el magnífico trabajo en el concierto final. Que ella esté en este festival es un regalo para nosotros y para los alumnos, que han podido disfrutar de una de las mejores voces. Además, hay que destacar que ha tenido una entrega realmente sorprendente con el alumnado: ha estado todas las horas por la mañana, volviendo luego por la tarde para trabajar la técnica… Su entrega como docente es intensísima. De verdad, es un regalo por su presencia pero también por su buen hacer y su categoría humana y profesional.

–María Bayo decía el otro día en una entrevista a Diario de Almería que nunca ha actuado en Almería… ¿Habrá que ponerle remedio, no?

–Ya me gustaría. Lo hablaremos con ella. Si el año que viene está disponible para estar como profesora, perfecto, porque ha sido un lujo. E intentaremos también escucharla cantar, porque sería muy importante para nuestro festival. Además, María Bayo fue de las primeras que comenzó a recuperar la música de autores españoles del siglo XVIII. Nos decía estos días que muchos de los fragmentos de zarzuela y ópera que hemos escuchado este año los había cantado ella hace ya algunos años. Estaría muy bien que María Bayo pueda venir a cantar a Vélez-Blanco, sí, así que vamos a intentarlo.

–Uno de los grandes momentos de este festival ha sido ver actuar a Miguel Alcantud, alumno ciego del curso de orquesta barroca.

–No voy a negar que al principio teníamos cierta inquietud por no ser capaces de ofrecerle todo lo que necesita, por su situación física. Pero realmente nos ha superado a todos: primero porque es un músico increíble, pero además porque un ser entrañable y como decía Aarón Zapico, un ser lleno de luz. Él nos ha hecho fácil todo. Ha ido a todos los conciertos, ha subido al castillo incluso, acompañado. Él llegó al curso de orquesta humildemente, diciendo que quería ser solo oyente, porque tan solo con estar en el festival era feliz. Pero se ha integrado perfectamente y, de hecho, en el concierto final tocó dos piezas junto al grupo. La ovación fue inmensa, la iglesia se caía, de la alegría de verlo actuar. Para el festival es un motivo de satisfacción que personas que aman enormemente la música y que son grandes músicos, como es el caso de Miguel, participen. La música está abierta a todas las personas, cada uno con las capacidades que tenemos.

–Por último, un deseo para el festival del año que viene o se puede adelantar ya algo…

–Ahora tenemos que hacer todas las memorias para enviarlas a las entidades patrocinadoras y colaboradoras y que vean que se han alcanzado los objetivos. Y en cuanto al próximo año, es verdad que los grupos ya nos están enviando propuestas. Estamos pensando cosas, ya, las líneas para el festival y poder organizar tanto las conferencias como el hilo conductor de los conciertos. Pero, sinceramente, necesitamos tomarnos el mes de agosto como respiro. Seguramente a finales de septiembre u octubre comenzaremos a organizarlo y para enero o febrero estará ya cerrado.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios