Faemino y Cansado abren con gran honor al humor el II Festival Nacional de Comedia
Humor
El Maestro Padilla vibró con las historias llevadas al absurdo por dos grandes cómicos
Nada mejor para empezar la segunda edición del Festival Nacional de Comedia de Almería que con uno de los referentes absolutos del humor durante las últimas décadas que Faemino y Cansado. El ciclo alzó el telón, con el aval de un rotundo ‘entradas agotadas’, al verbo torrencial (y a veces demencial) de Carlos Faemino y Javier Cansado.
Más de cuarenta años después de sus inicios en el parque de El Retiro, es conocido como se las gasta el dúo a la hora de subirse a un escenario. Nada de escenografía, escasos chistes supeditados a la fecha de caducidad de la actualidad o comidilla de turno, ni esa omnisciencia impostada que se arrojan los cómicos noveles para intentar dar credibilidad a unas historias a las que le falta una interpretación creíble.
Y es que quizá esa sea una de las mejores y mayores virtudes de Faemino y Cansado cuando se colocan frente al público, su capacidad actoral, el poderío de la atemporalidad de sus historias, presentadas desde una normalidad empática pero que pronto se irán retorciendo hasta el absurdo.
Para llegar a ello, siempre con el mismo ‘modus operandi’, con Javier haciendo la labor narrativa y un Carlos siempre con la apostilla precisa, sea por iteración, por hipérbole, por cacofonía o por gestos, siempre hacia el paroxismo… Lo importante es que la fórmula funciona siempre y, con este esquema, el dúo solo tiene que sacar historias de su baraja de ases que al final el resultado del envite siempre será el mismo: la risa del público que se lo pasa en grande en la más de hora y media de actuación voraz
Empezaron metiéndose con los técnicos por un (supuesto) error a la hora de coordinar las luces en lo que pretendía ser una espectacular entrada e iniciaron un viaje que les llevó por Alemania, a Lagarde (casi que la única referencia a la actualidad con los tipos de interés mediante), sus escarceos con la producción televisiva y documental, con un pequeño momento solista para ambos y con un cierre trayendo a escena a sus ‘alter ego’ Arroyito y Pozuelón.
El Teatro Cervantes también disfruto con el ‘Humor Blanco’ de David Suárez. Una hora de humor no apto para todo el mundo. El cómico gallego propuso un viaje por sus pensamientos más oscuros. Un espectáculo en el que habló de sus polémicas, de sexo, de juicios, y de envejecer.
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