Manuel Olaya rueda en Tabernas el cortometraje ‘Dos balas para el diablo’

El cineasta Manuel Olaya acabar de rodar el corto Dos balas para el diablo en el Oasys MiniHollywood de Tabernas. Se trata de un corto con corte de cine del oeste clásico, en el que ha contado como en anteriores trabajos con el actor Pedro López, Quique Durio y Laura Felices de Almería.

La tragedia se cierne sobre una familia con la pérdida de la pequeña hija de un matrimonio, lo difícil que fue echar raíces en el salvaje oeste. Cortometraje que patrocina el Parque Temático Oasys MiniHollywood tras haber leído el guión y haber aceptado la propuesta de producir la cinta junto a Lamento Films y productoras asociadas que se han unido para colaborar como son Jag Dreams de Garrucha o Míramealmería de Miguel Montoya.

El madrileño Nacho Bermejo se hace cargo en la dirección de fotografía y edición, y David Miralles en la composición y sonorización del film. Olaya agradece a Ignacio Mañas El indaliano y al personal del decorado cinematográfico su apoyo.

En la dirección de arte se ha contado con la ayuda de Herminio Hernández Bravo y en Vestuario Armería Leonardo. La historia se basa en un drama que vive una familia del lejano oeste donde la hija de un matrimonio es asesinada, el distanciamiento de la pareja y las consecuencias que a todo ello acarrea tal tragedia.

“He querido hacer un western de aventuras como en Arizona 1878 otro con toques de suspense o terror y ahora tocaba un western dramático, y el año próximo si todo va bien nos embarcamos en Infortunio de corte violento al más puro estilo Sam Peckinpah” explica Olaya.

La duración del cortometraje no llegara en un principio a los 15 minutos “dependiendo de todos los planos detalle o planos recursos que hemos grabado y ahora en postproducción se eligiera minuciosamente para darle su duración correcta que sobre todo la historia que narra que sea dinámica” sostiene Olaya. En el reparto Pedro López Quique Durio, Laura Felices, Antonio Olaya, Antonio Saldaña, Eduardo Sánchez Antonio Casado, y 10 figurantes más los actores de acción del decorado a cargo de las escenas donde se trabajó con caballos.

“Es un género donde me siento cómodo, quizás porque lo entiendo y lo vivo al cien por ciento y porque me siento en la obligación de ayudar que este género emerja de nuevo para el deleite de los amantes del género”, subraya el cineasta, que pasó un fin de semana sin parar de rodar.