Medina Azahara cierra con su concierto el Festival Alamar

La explanada del Mesón Gitano se llenó el sábado para disfrutar del rock arábigo-andaluz

Medina Azahara durante su concierto en la explanada del Mesón Gitano. / Diario De Almería
D.M.

09 de julio 2018 - 02:31

Con cerca de cuarenta años de actividad ininterrumpida sobre los escenarios, Medina Azahara es, por derecho propio, uno de los nombres más legendarios del rock en particular y de la música en general en este país. Tras los conciertos de Toni Zenet, Ali Khattab Quinteto y Maika Makovski, fueron los encargados de poner el broche de oro a una nueva edición del festival Alamar.

Y desde el principio quisieron dejar claro por qué era una excelente decisión que ellos formaran parte del historial de Alamar, el festival que reúne desde su nacimiento la multiculturalidad como eje argumental de la música. Una introducción a ritmo de danza del vientre para dar paso a Ven junto a mí, tema de reciente creación pero que tiene los ingredientes clásicos de la banda, para seguir con Palabras de Libertad.

El grupo cordobés hizo un extenso repaso a sus temas en el concierto ofrecido el sábado

Comenzaba así un recorrido donde el quinteto (Manuel Martínez a la inconfundible voz; Paco Ventura en la guitarra; Manuel Ibáñez en los teclados; Nacho Santiago a la batería y Juanjo Cobacho en el bajo) y su público recordaron que Aprendimos a vivir por Solo un camino, a toda Velocidad.

Medina Azahara echó la vista atrás para recuperar Qué difícil es soñar antes de interpretar el tema Tierra de Libertad, "cuyo videoclip grabamos en Almería, en San José, y desde ese momento me sentí enamorado de esta tierra", explicó el vocalista.

Un canto de integración racial interpretado con sentimiento, "no podemos olvidar que nosotros también fuimos emigrantes, tenemos que saber de dónde venimos", aseguró antes de, precisamente, elogiar sus orígenes dentro del movimiento del rock andaluz de finales de los setenta, recuperando El Lago y Abre la puerta de Triana.

Con la reciente declaración de Patrimonio de la Humanidad obtenida por el yacimiento arqueológico de Medina Azahara, sonó más especial si cabe su Córdoba, elegida mejor canción del año en 2003. Comenzaba así la escalada final donde ya no habría concesión alguna a un público cada vez más 'enchufado'. No quiero pensar en ese amor, de Los Módulos, con guiño al tema Hacia ti, La tierra perdida, más conocida por el grito de guerra de O.U.A., Hay un lugar, con su tintineo de teclados, la endurecida versión de los tangos Al padre santo de Roma de Camarón de la Isla y Necesito respirar y su estribillo incorruptible sonaron a triunfo mayor.

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