Paseo musical por los siete vihuelistas del Renacimiento

El particular sonido de la vihuela, interpretada por Manuel Minguillón, comenzó con sus primeras notas hasta que irrumpió la maravillosa voz del contratenor Carlos Mena, que dejó en total silencio el Salón del Triunfo del Castillo que fue el lugar donde se celebró el tercer concierto del Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco.

La vita fugge y O celosía de amanti, de Alonso Mudarra (1546), fueron las dos primeras piezas que interpretó el contratenor y ya hacía presagiar la maravilla vocal que se disfrutaría durante todo el programa.

Tras los primeros aplausos, Minguillón introdujo a los asistentes al concierto que iban a presenciar: "Es música renacentista del siglo XVI español. Aunque la polifonía está escrita a cuatro voces, una práctica muy común era arreglar la música para un contrataron y un vihuelista. Es un instrumento cortesano, muy cosmopolita. Escucharemos piezas en castellano, francés… de estilo profano".

Posteriormente, prosiguieron con dos sonetos instrumentales de creatividad y fantasía, de Enríquez Valderrabano (1552): Soneto benedicto sea il giorno y Soneto. El contratenor fue a introducirse nuevamente en el espectáculo con Gloriar mi poss'io done y Madonna qual certeza. Con una técnica exquisita, Mena consiguió abstraer al público con su voz.

En el paseo por los siete vihuelistas, Minguillón destacó a Luys Milán (1536) porque fue el "primero que acuñó el término Fantasía en la música con la denominación de Fantasía de Consonancias y Redobles". Tras la explicación, interpretó de forma instrumental Pavana y Fantasía.

El músico destacó al vihuelista Miguel de Fuenllana que puso sonido y voz a sus siguientes tres piezas: "Es mi mas admirado vihuelista. Lo complicado que es ser invidente en la época actual, mucho más lo era hace 400-500 años. Además, compuso una gran antología y fue el único que hizo una fantasía a seis voces y también música para guitarra renacentista". Interpretaron con voz y vihuela dos piezas italianas, Madonna per voi ardo e Il bianco e dolce cigno, y una francesa, Tant que vivrai.

Esteban Daza (1576) fue el siguiente compositor que abordaron y Minguillón lo denominó como "el último mohicano de la vihuela y el más desconocido. Interpretó de forma instrumental Fantasía y Fantasía de pasos largos.

Y aunque el concierto se celebró el pasado domingo, dentro del mes de julio, trajeron al Castillo tres villancicos de Juan Vasquez (1560): Con que la lavare; En la fuente del rosel; y Si me llaman, a mi llaman.

Tras los villancicos, volvieron a la música de viruela con Diego Pisador (1552). "De los siete es el menos profesional. No consiguió que nadie comprara su música", apuntó Minguillón. Las cuatro piezas que se interpretaron: Sparsi sparcium, A quand'a quand'haveva, O bene mío fa fammúno favor y Madonna má fa mi bonna oferta. En esta parte del concierto, el contrataron pudo demostrar más matices en su voz, incluso no faltó algún cacareo que esbozó las sonrisas en los asistentes.

Luys de Narváez (1538) es el músico más conocido de los vihuelistas y formó parte de la de corte de Felipe II. Interpretaron una de las más populares, Cuatro diferencias sobre Guárdame las Vacas, y una de las más inéditas, Baxa de contrapunto. Para finalizar el programa, interpretaron tres composiciones de Juan del Encina (1468-1529): Una sañosa porfía, Todos los bienes del mundo y Levanta Pascual. Para concluir, realizaron dos bis para terminar de conquistar a los asistentes.