Festival de Música Renacentista y Barroca

Pedro L. Díaz: "El festival no solo llena a Vélez Blanco de cultura, también da vida a sus calles"

  • El alcalde velezano confía en el potencial del municipio, que gracias a eventos como este y a su patrimonio histórico está llamado a vivir una revolución turística en los próximos años

Pedro Luis Díaz (Cs) es el alcalde de Vélez Blanco.

Pedro Luis Díaz (Cs) es el alcalde de Vélez Blanco. / Javier Alonso

El alcalde de Vélez Blanco, Pedro Luis Díaz, vive el Festival de Música Barroca y Renacentista como uno más. Lo lleva siguiendo desde sus inicios, hace ya veinte años. “No soy experto en música clásica pero la verdad es que me gusta mucho”, admite. También es un enamorado de su pueblo, como no puede ser de otra manera. Mientras muestra su patrimonio va dando pinceladas del Plan Estratégico de Turismo que quieren poner en marcha. “Hemos visto que tenemos un enorme potencial: historia, gastronomía, un entorno natural único... Solo hay que saber explotarlo”, cuenta.

Esta semana, por suerte, puede estar en su casa y en cada una de las actividades del festival. Pasa la mitad del mes fuera, sobrevolando en su helicóptero los mares del Norte y Báltico. Es piloto para una empresa alemana. Haber viajado tanto le da una perspectiva distinta de la realidad del municipio y es más consciente de sus virtudes y los defectos que hay que pulir.

Díaz es uno de los alcaldes de Ciudadanos en la provincia. Cuenta con la virtud de la naturalidad y afabilidad que normalmente los regidores van perdiendo con el paso de las legislaturas. Un carácter que sin duda es necesario para gobernar en un equipo en el que trabaja con concejales de otro partido (Comprometidos con Vélez-Blanco).

–¿Qué supone para Vélez-Blanco este festival? ¿Es casi algo así como su feria?

-Sí, es similar a las fiestas. Diferente en cuanto al ambiente que se vive, pero el pueblo está tan lleno como en las fiestas de agosto. Es súper importante, porque conseguimos que en julio todo esté repleto, traer cultura al municipio, que los edificios históricos se llenen de vida. Los vecinos siempre están deseando recibir a los músicos y los estudiantes. Digamos que el municipio recupera la vida que tenía antaño, cuando tenía 6.000 o 7.000 habitantes. Lo notan también los comercios, hostelería, hoteles y alojamientos en general. Si a eso le unimos que luego en agosto se encadena con las fiestas patronales (que este año no se podrán hacer), pues son dos meses magníficos para el pueblo.

-La pandemia les deja un año más sin fiestas…

-Sí, pero como la gente que vienen en verano suelen tener segundas residencias, porque son emigrantes que se tuvieron que ir y que les gustas venir en verano, esos no faltan aunque no haya fiestas. El pueblo estará lleno también en agosto, seguro. De hecho, el verano pasado muchos cuentan que hicieron más negocio que en años anteriores.

–¿Cuánto aumenta la población del municipio en estas fechas?

-En el casco urbano se puede incrementar en unas 500 o 600 personas y en Topares se puede llegar a duplicar el número de vecinos, llegando unos 300 veraneantes. De hecho se nota mucho en la escuela de verano, que tiene unos 50 niños, lo que es totalmente sorprendente.

-¿El festival ayuda también a dar a conocer el pueblo, no solo para estos días, sino para que la gente vuelva en invierno?

-Claro, por supuesto. Hay gente que vienen a ver el festival, conocen el pueblo y repiten. Tenemos una oferta de alojamientos muy importante, y en invierno el atractivo del y la nieve, por lo que muchos vienen. Y también se da el caso de muchas personas que son asiduas al festival, año tras año.

–Volviendo al festival. ¿Cómo viven los vecinos estos días? ¿Se involucran?

-Por desgracia, muchas calles está normalmente vacías. Hay una población envejecida, por lo que que todo se llene de vida, con mucha gente joven, es una alegría para todos los vecinos. A la vez el festival es un entretenimiento para los velezanos. En un pueblo como este, que es agrícola y ganadero, todo el mundo está deseando acaba la faena para darse una ducha, ponerse guapos, como decimos coloquialmente, e ir a ver el concierto y tomarse algo luego en los bares y terrazas. La mayoría de la gente es asidua, aunque este año lamentablemente está el problema de la reducción del aforo.

-No es mal plan acabar la jornada cenando en los bares de Vélez-Blanco porque tienen una gastronomía de primer nivel…

-Nuestra cocina es famosa, sobre todo quizás la de invierno – cocido, migas, dulces – pero tenemos también muy buenas tapas y cada bar tiene su especialidad que lo diferencia. Aunque también es verdad que tenemos que esforzarnos un poco más en explotar esa cocina como recurso turístico, pero los platos típicos son para hacer varios libros.

–Ya no como alcalde, sino como vecino que ha vivido el festival desde su nacimiento, ¿cómo ha evolucionado a lo largo de estos 20 años? ¿Ha ido mejorando?

-Mi opinión personal es que ha sido un festival con una calidad extraordinaria desde el principio. Por eso no creo que se pueda decir que ha ido mejorando, porque es difícil cuando algo es prácticamente perfecto. Lo que sí es verdad que esta edición hay más conciertos, llenando casi todo el mes con actividades, con motivo del 20º aniversario. Lo que echo de menos es ver el patio del castillo lleno, pero por la pandemia no se puede.

-Al menos este año se celebra el festival, porque el año pasado la COVID lo impidió.

-Bueno, se pudieron hacer cinco conciertos, para no romper con esa tradición del festival, aunque no fuera en sí. Eso más algunas actividades culturales hicieron que no estuviera muerto del todo.

–Este año, la alegría es que se pueda celebrar el festival, pero la tristeza es que estará muy marcado por la reciente muerte de Dietmar Roth…

-El recuerdo va estar marcando el festival. Hay que tener en cuenta que falleció justo el día que se presentaba el festival a la gente del pueblo con el primer concierto. Ha sido un suceso muy triste. Estaba enviándole un mensaje con la invitación al concierto cuando me informaron de su muerte. Fue un palo muy duro. Era una persona básica para el festival: primero como teniente de alcalde y concejal de Cultura y ahora como voluntario. De hecho hay un texto suyo en el libro de la exposición del 20º aniversario. Ha dejado un hueco enorme. Mucha gente pensaba que se debía cancelar el festival, pero es que seguro que el no habría querido eso. Sin duda que está nuestra memoria y que habrá que hacerlo un homenaje como se merece, pero hay que esperar un poco y contar con mucha gente que tiene mucho que decir y aportar sobre él.

-Uno de los lugares emblemáticos del festival, y por supuesto del municipio, es el Castillo. Hace unas semanas volvió a estar de actualidad la recuperación del patio. ¿Cuál es la postura de su Ayuntamiento al respecto?

-Nosotros llevamos desde que llegamos trabajando en ello. Creo que lo primero que hice como alcalde fue ir a Sevilla a reunirme con Juan Marín para hablar del tema. He participado en las comisiones de seguimiento y entiendo el problema del convenio que no se ajusta a la legalidad, según dice un informe jurídico, y además carecía de financiación. Pero no considero que se haya vuelto a la casilla de salida, como dice el PSOE. No había financiación antes y sigue sin haberla. La diferencia es que se han subsanado las discrepancias entre el autor del proyecto, Pedro Salmerón, y la Comisión de Cultura. Ahora ya hay un proyecto que ha pasado ese filtro. Ya solo queda buscar financiación. ¿Que parece que las palabras de la consejera llevan a pensar que se puede enterrar el proyecto? Nosotros vamos a luchar para que no sea así y que se busque la financiación. Hay que buscar sinergias entre las administraciones, a través del Gobierno y de Europa. No es tanto dinero, unos 3 millones de euros. Si vamos a ver quién se cuelga la medalla no vamos a llegar a ningún sitio, desde luego, y sería lamentable.

–¿La recreación del Patio supondría un revulsivo turístico o es más un tema sentimental para los velezanos?

-Creo que es un revulsivo turístico. Es una reproducción, que nunca puede ser una copia. Pero podría suponer triplicar las visitas actuales del castillo. Pero también hay que decir que el castillo no es solo el patio. Hay otras muchas zonas visitables que debido a que no se han hecho inversiones ya no se pueden ver. Es triste no poder subir a la torre y ver muchas de las habitaciones. Se ha ido deteriorando todo. En este sentido sí que veo voluntad de la Consejería de Cultura por hacer inversiones que permitan visitar el resto del castillo. Vamos a luchar por eso también. Si echamos la vista atrás, lo que se ha conseguido en los últimos años no es baladí. Que se haya logrado tener la propiedad del castillo, que haya una comisión de seguimiento y se esté trabajando en un proyecto y sepamos lo que cuesta la reproducción es haber avanzado mucho. Quiero ser positivo y pensar que en unos años esté la reproducción del Patio de Honor.

-De cara al futuro, además de lo que concierne al castillo, ¿qué otros proyectos tienen para Vélez-Blanco?

-La principal herramienta de desarrollo es el Plan Estratégico de Turismo. Somos un pueblo agrícola y ganadero y eso va a estar ahí siempre, pero no podemos desarrollarlo más. Tenemos la superficie que tenemos. Se puede en valor nuestra almendra y aceite ecológico, por supuesto. Pero el futuro está en el turismo sostenible, porque nos hemos dado cuenta que es un punto fuerte que tenemos. Somos el municipio de la comarca con más alojamientos: hay más de 600 plazas entre hoteles, viviendas turísticas, casas rurales… Si a eso le unimos que somos fuertes en hostelería, con muchos bares y restaurantes de calidad, pues lo tenemos fácil para desarrollar el sector turístico. Y además en diferentes segmentos, aunque lo que más tirón tiene es el castillo. Pero hemos visto que mucha gente lo visita y luego no baja al pueblo. Tenemos que trabajar para romper esa barrera, ofreciéndoles más. La iglesia es espectacular, el convento, las fuentes… Vélez-Blanco es un pueblo con muchos recursos turísticos. Queremos plantear una serie de inversiones, como digitalización y rutas audioguiadas que vamos a desarrollar ya. Sabemos que hay problemas de tráfico o que podemos embellecer más las calles, que se pueden solucionar a veces incluso solo mediante normativa, no solo con inversiones. Apostamos por el turismo, en definitiva.

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