La Peña El Morato despidió a ritmo de flamenco a Constantino Díaz
El párroco de las 500 Viviendas, Luciano Calatrava ofició la Eucaristía de despedida en un espacio abarrotado de familiares y amigos de un hombre que llevaba el flamenco en las venas
La Peña Flamenca El Morato vivió ayer un día de luto por la muerte del que fuera fundador Constantino Díaz Benete. Este gran amante del flamenco fue despedido ayer en su peña. El párroco de las 500 Viviendas, Luciano Calatrava ofició la Eucaristía de despedida en el corazón de la peña, ante una abarrotada sala con familiares y amigos.
Hubo momentos muy emotivos a lo largo de la misa de corpore insepulto. Lola de Quero actual presidenta de la Peña, tuvo unas emotivas palabras para Constantino, del que aseguró que "esta peña es parte de tu legado al flamenco de Almería, procuraste siempre que ningún aficionado se sintiera extraño, trabajaste denodadamente para que esta cueva fuera un templo del flamenco en su más honda expresión".
"El duende del flamenco que tú has sabido impregnar a todos los que se han acercado a ti, estará siempre en cada rincón de esta cueva, tu espíritu de amor al flamenco, de los viernes del Morato, de cualquier reunión de aficionados, de tantos y tantos ratos buenos, permanecerán siempre con nosotros en la Peña El Morato. Constantino gracias por el legado que nos dejas y que Dios te bendiga", dijo Lola de Quero.
A lo largo de la eucaristía se sucedieron algunos cantes que ejecutaron Antonia López y su hija Rocío Segura acompañadas por Antonio García El Niño de las Cuevas y Ana Mar, que cerró con el Ave María al violín, que provoco grandes emociones y muchas lágrimas, mientras el féretro con el cuerpo de Constantino Díaz salía por última vez de su peña.
Antonia López y Rocío Segura hicieron Cordero de Dios por seguiriyas, el Padre Nuestro por granainas, por bamberas hicieron El Santo y Señor ten piedad por malagueñas. El cante que ofrecieron mientras los asistentes comulgaban fue por campanilleros, mientras el cante de entrada fue por fandangos de Huelva. Un día triste para el flamenco.
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