Festival de Música Renacentista y Barroca

Los alumnos de la Academia Barroca se convierten en 'maestros'

  • Los estudiantes de los cursos de música demostraron su altísimo nivel en el recital que cerró el XX Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco

Juanjo Saborido tocando el sacabuche durante el concierto del sábado.

Juanjo Saborido tocando el sacabuche durante el concierto del sábado. / Javier Alonso

Solo unos minutos después del mediodía de este sábado sonaron desde el coro las primeras notas de los sacabuches que anunciaban el inicio del concierto. Juan José Saborido, Antonio Rosano y Juan Francisco Vázquez eran los encargados de romper el hielo. Abajo, en el presbiterio y la nave principal de la iglesia del convento de San Luis esperaban su turno, nerviosos, más de 60 alumnos de los cursos del XX Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco.

Como es habitual, el recital de los alumnos cerró la programación del festival. Durante dos horas mostraron el resultado de su trabajo de los últimos cinco días. Y, una vez visto y oído, han aprovechado bien el tiempo. Y es que antes de este acto final, ha habido mucho trabajo.

Aarón Zapico, director del curso de Orquesta Barroca, explicaba que “el objetivo del curso es que los alumnos tengan un primer acercamiento a lo que es el mundo profesional de la música, con las necesidades y requisitos que requiere, a la vez que darles alas para que sigan trabajando, siempre desde la cultura del esfuerzo”.

Zapico, al clave, durante el concierto. Zapico, al clave, durante el concierto.

Zapico, al clave, durante el concierto. / Javier Alonso

En su clase se mezclaban alumnos de diferentes edades y niveles pero todos con algo en común: el amor por la música y las ganas de aprender sobre el barroco.

Otro de los cursos de esta academia es el de canto, con la soprano Raquel Andueza al frente. “He tenido un grupo de siete cantantes de todo tipo de voces y la verdad es que en una semana hemos hecho un trabajo magnífico”, explica. Les ha dado pautas para emitir la voz de una forma más saludable, trabajaron el repertorio barroco, puso mucho énfasis en la retórica y en la expresividad: “los cantantes también somos actores”, asegura.

La soprano Raquel Andueza. La soprano Raquel Andueza.

La soprano Raquel Andueza. / Javier Alonso

También de canto, pero en este caso coral, es el curso impartido por Jorge E. García y Bruno Campelo. Ellos han trabajado en grupo la técnica, primero divididos por sexos y luego en conjunto hasta lograr un resultado extraordinario.

El curso de sacabuches lo ha impartido, un año más, el profesor Francisco Blay, que además se encarga de los ministriles que recorrieron las calles. Aunque son pocos (solo cuatro alumnos), su nivel ha sido muy alto.

La viola da gamba es la especialidad de Noelia Reverte. Solo ha tenido este año a dos alumnas, lo que hace de agradecer el esfuerzo que ha hecho por estar en este festival, estando embarazada de ocho meses.

Noelia Reverte durante una de las clases. Noelia Reverte durante una de las clases.

Noelia Reverte durante una de las clases. / Javier Alonso

Todos y cada uno de los profesores han hecho un trabajo extraordinario, en ocasiones echando horas extra, para que cada alumno sacase lo mejor de sí. El claustro lo han compuesto en total diez docentes de altísimo nivel: Raquel Andueza, Joaquín Torrecillas (que es el más longevo, pues lleva desde la segunda edición), Noelia Reverte, Francisco Blay, Jorge E. García, Bruno Campelo, Aarón Zapico y José Vélez, además de Bernard Vincent y Francisco Aguilar en el Seminario Internacional de Historia.

Un repertorio variado

Después de la fanfarria que inauguró el concierto fue el turno de Juan Luis Fernández con Come again, de John Dowland. Luego, Fidel Fernández (un virtuoso del oboe, pero no del piano como señaló erróneamente la televisión en un reportaje, convirtiéndose en la broma recurrente durante varios días), junto a María Asensio (violín) y Andrés Asensio (cello) tocaron el Trio sonata en Si b Mayor, Vivace de Teleman.

Rosanna Francese y Francisco de Asís Manzanero cantaron a dúo Llorad por Dios. La flautista Clara Burgos interpretó la Sonata Quarta, Andante de Telemann y justo después fue el turno de Pur ti miro (L’incoronazone di Poppea), de Moteverdi, cantada a dúo por Juan Luis Fernández y María Dolores Cayuela.

Concierto de alumnos de la Academia Barroca este sábado en Vélez Blanco. Concierto de alumnos de la Academia Barroca este sábado en Vélez Blanco.

Concierto de alumnos de la Academia Barroca este sábado en Vélez Blanco. / Javier Alonso

Tres de los más jóvenes de la academia, María Asensio y Pablo Acebedo (violines) con Andrés Asensio (cello) tocaron Trio sonata en Do M, Largo – Allegro, de Corelli. Tras ellos, Antonio Ruiz cantó Sempre in contrasti (La serva Padrona), de Pergolesi.

La Sonata sexta Cantabile de Telemann sonó gracias a Pablo Acebedo, al violín, y Miguel Acebedo, al cello. Luego, María Calvo junto al profesor José Vélez tocaron In furore iustissimae irae de Vivaldi. Del miso autor, el Trio Sonata en Sol menor, Adagio – Capriccio – Gavotta lo tocaron Fidel Fernández, al oboe, y Clara Burgos, flauta.

Fidel es un virtuoso del oboe. Fidel es un virtuoso del oboe.

Fidel es un virtuoso del oboe. / Javier Alonso

El recital siguió con When I am laid (Dido and Aeneas), de Purcell, cantada por María Dolores Cayuela. Luego, María Calvo Orquín y Rosanna Francese Pimentel cantaron otra pieza de Monteverdi, Chiome d’oro.

El concierto siguió con la participación del coro, que cantaron varias piezas del Cancionero de Uppsala o del Duque de Calabria.

De nuevo regresaron los sacabuches, esta vez con Chanson I Mika Díaz Schimansky, de Méhul, tocada por Mika Díaz, Juan José Saborido, Antonio Rosano y Juan Francisco Vázquez. Le siguió Fortune my foe, con Nina Díaz a la viola da gamba soprano y su hermano Mika Díaz con el sacabuche. De nuevo Nina, esta vez con Helena Rico, tocaron Calabaça, no sé buen amor, del Cancionero de Palacios.

Dos de las cantantes durante el concierto. Dos de las cantantes durante el concierto.

Dos de las cantantes durante el concierto. / Javier Alonso

Continuaron Rosano y Vázquez con De Tous bien plein al sacabuche, y luego Saborido, esta vez en solitario, tocó Concierto en Sol Mayor, Adagio de Leopold Mozart. El concierto acabó con cuatro piezas cantadas por el coro: Escrito está en mi alma vuestro gesto, Si tus penas no pruebo, las tres del profesor Jorge Enrique García, y Exultate Deo, de Scarlatti.

Tras el concierto, la directora del festival, Cándida Martínez, hizo entrega de los diplomas acreditativos y se despidió de la gran familia que conforman ya este evento cada año. “Cuidaros mucho para que el año que viene podamos estar todos otra vez aquí”, dijo antes de dar por clausurado el XX Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco.

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