El Loot de Txeron

Hawái, mafia y rol: Yakuza es un cóctel sideral

Ichiban Kasuga es nuestro alter ego en esta nueva entrega de la saga.

Ichiban Kasuga es nuestro alter ego en esta nueva entrega de la saga.

Con la octava entrega numerada de la saga Yakuza, todo un emblema de la querida, respetada y reputada SEGA, finalmente he decidido dar el paso para descubrir qué es lo que hace tan especial estos videojuegos que en los últimos años no han parado de ganar popularidad desde el lanzamiento de su primera iteración en 2006 en Playstation 2.

Creada por Toshihiro Nagoshi y el equipo Ryu Ga Gotoku Studio, Yakuza nació como un beat ‘em up en el que la historia, centrada en la mafia japonesa tiene tanto peso como el estrafalario humor que desprenden sus experiencias que se estructuran como un videojuego como los Grand Theft Auto y que a la vez se complementan con multitud de minijuegos.

Una base que se mantiene intacta en Infinite Wealth pero que se ramifica hasta límites insospechados para ofrecer al jugador un abanico de posibilidades jugables que, de primeras puede llegar a agobiar, pero a la que uno termina acostumbrándose pronto para después dejarse llevar de la mano de un simpático y sin prejuicios personaje como es Ichiban Kasuga, el nuevo héroe de la serie. En esta entrega tiene una importante encomienda en Hawai en una aventura que mezcla las típicas misiones principales con multitud de secundarias y un nutrido grupo de minijuegos que terminarán devorando multitud de horas. Eso sí, tan divertidas, variadas y, por momentos, delirantes, que merecen la pena.

Los combates son únicos. Los turnos acrecientan la tensión. Los combates son únicos. Los turnos acrecientan la tensión.

Los combates son únicos. Los turnos acrecientan la tensión.

Como ya sucediese en su anterior entrega (Like a Dragon) se vuelve a apostar por un sistema de combate por turnos a lo que se suma el retorno del mítico Kazuma Kiryu, protagonista de la saga, ahora en el ocaso de su vida. Con estos credenciales, el título se las apaña para batirnos en duelo en cada esquina de Hawái y mantenernos en todo momento entretenidos en un mundo abierto rico, variado y que destila personalidad.

¿Es posible disfrutarlo al 100% sin haber jugado las anteriores entregas? En mi opinión el título es tan camaleónico y atrevido que no he sentido la sensación de estar perdido. Sí, hay muchas referencias a otros personajes, situaciones y momentos icónicos, no en vano la posibilidad de jugar con Kazuma Kiryu ya es en sí todo un homenaje a los fans de la saga, pero en el cómputo global no supone una barrera para iniciarse en la saga.

El título cuenta con una importante carga narrativa. El título cuenta con una importante carga narrativa.

El título cuenta con una importante carga narrativa.

Eso sí, en el momento que lo hagas es muy probable que conectes de tal manera que te veas abocado a adquirir el resto de títulos para saber más sobre Ichiban Kasuga en particular, y sobre Kazuma Kiryu en general.

Esa es la grandeza de un juego que es una montaña rusa de emociones capaz de tenerte bregando contra un par de maleantes de poca monta en un callejón oscuro o contra un tiburón más grande que un diplodocus para seguidamente pasar a descubrir el pasado de uno de tus compañeros y provocarte un estado lacrimógeno imparable.

Nuestros compañeros son fundamental para avanzar en la historia. Nuestros compañeros son fundamental para avanzar en la historia.

Nuestros compañeros son fundamental para avanzar en la historia.

Todo ello con un apartado audiovisual de primer nivel que no llega doblado pero sí traducido al castellano y una dirección artística que ahonda en paletas de colores vivas para representar un Hawái cargado de vida y que se esmera en mostrar su potencial en unos combates dinámicos pese a ser por turnos y en los que, como si de una partida de ajedrez se tratase, requiere pensar bien cada movimiento, aprovechar las sinergias con el escenario (puedes hacer mucha pupa a los enemigos) y potenciar las habilidades de tus compañeros para salir airoso.

Y en el apartado gráfico, nada que reprocharle. Es un título de nueva generación que corre perfectamente a 60 imágenes por segundo en Xbox Series X (plataforma en la que lo hemos probado) y que ofrece una gran distancia de dibujado, unos notables modelados de personajes y multitud de efectos en pantalla que se intensifican durante los combates. 

La recreación de Hawái es sublime. Su chillona paleta de colores te atrapa. La recreación de Hawái es sublime. Su chillona paleta de colores te atrapa.

La recreación de Hawái es sublime. Su chillona paleta de colores te atrapa.

La trascendencia de este título también radica en que es respetuoso con el tiempo del jugador y en el medio centenar de horas que puede llevarte superarlo nunca tendrás la sensación de estar malgastándolo farmeando para subir nivel y superar un enfrentamiento. Su estructura orgánica te anima a probar su rico ecosistema, pelar, reír y divertirte. Y eso, hoy día es algo que muy pocos títulos logran. Por eso considero que desde ya es un imprescindible y por eso, también, ya tengo en mi lista de deseados el resto de juegos de la saga.

Hemos podido analizar Like a Dragon: Infinite Wealth gracias a una clave para Xbox Series X que nos ha remitido Plaion España.

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