‘Cómicos fin de año’ llevan las risas al público en el Auditorio de Roquetas

Los seis cómicos saludando al púbiico tras dos horas de risas.

El Teatro Auditorio de Roquetas acogió el espectáculo de humor ‘Cómicos fin de año’. Fue un éxito rotundo, ya que unas 1.000 personas asistieron para disfrutar del buen humor de Álvaro Vera, Pepe Céspedes, Kikín Fernández, Makeba, Antonia Triviño y Paco Calavera. Álvaro Vera ‘Alvarito’ fue el encargado de abrir la noche con ese humor cercano, de la cosas cotidianas de la vida. “Las redes sociales me causan una envidia enorme, porque veo a influencers ganando grandes cantidades de dinero y yo me pregunto por qué me he hecho autónomo” decía el cómico provocando grandes carcajadas.

“Vosotros pensáis que esto es fácil, que los cómicos llegan al escenario, hacen reír, se bajan, cobran y se van a sus casas. Pues sí”. Alvarito con su estilo tan personal hacía referencia a la difícil convivencia que muchas veces se producen en las casas. “Cuando llegamos a casa siempre nos ronda la cabeza si nos duchamos a esas horas o lo dejamos para mañana. Esas duchas provocan las quejas de los vecinos por el ruido a altas horas de la madrugada”.

Pepe Céspedes causó sensación durante su monólogo. En el escenario con ese acento almeriense tan marcado, recordó que ya lleva 20 años sobre el escenario, divirtiendo y haciendo reír a todos. “Este año es especial para mí porque he cumplido 50 años y 20 en los escenarios y eso es duro. He tenido dos hijos en este tiempo”.

También se refirió a la Nochevieja la que se vive de forma especial en una casa rural, y los problemas que siempre conlleva. “Vamos con una idea y luego te encuentras que otro lleva un juego de mesa. Con lo cual te tiras todo el tiempo limpiando y comiendo”. Se refirió a la moda de la celebración de los carnavales en los colegios cuando llega febrero. “Nos piden del colegio que el niño vaya vestido en homenaje al Festival de San Remo de 1973”. Dejó entrever que no hay manera de encontrar ese disfraz y que la idea era descabellada.

También hizo referencia a su experiencia personal en un concierto de cuencos tibetanos en el casco histórico. “Me encontré con ocho mujeres y yo. Vino un señor de Madrid para el concierto y nos indicó que nos tumbáramos. Nos dijo que si alguien estaba tomando medicación no cerráramos los ojos. Yo había tomado un frenadol, con lo cual no cerré los ojos. Una señora de la Asociación de Vecinos de unos 70 años, con un chandal blanco, de pronto genuflexa las piernas, aconcava la curcusilla y se pega un zambombazo, y salió bifidus, el chandal cambió de color y montó un olor que no se podía vivir. Y yo sin cerrar los ojos”.

Kikín Fernández, un fuera de serie en el escenario, la elegancia en el humor, tuvo como siempre una actuación magistral. “Estáis los mismos del año pasado. Ha habido gente que se ha sentado en el mismo sitio del año pasado”, dijo Kikín. “Da gusto llegar a un teatro y ver tanta gente interesada por la cultura. En Almería cualquier cosa que hagas cultural es un éxito, hay grandes colas en cualquier cosa”.

“Mas que despedir el año con risas, es más importante estar de buen humor, porque reírse te desahoga pero no satisface moralmente el alma de las personas. Hay cosas que te ponen de buen humor como sacar el abrigo del armario y echas mano y te encuentras 20 euros o cuando tienes el coche aparcado en tu puerta, y por no moverlo, te tienes que ir a Granada y te vas en el tren. Lo mejor que te puede pasar en la vida es que vayas a pagar y te digan que está todo pagado” contó Kikín.

Habló de los propósitos de año nuevo como es apuntarse al gimnasio. “Ahora no paso ni por la puerta”, dijo al tiempo que habló de esa expresión que todos utilizan que es “po ya está”. “Es una expresión muy almeriense que significa déjame vivir, para que me cuentas tus mierdas”, explicó Fernández.

Luego hizo un recorrido por las palabras tan propias y únicas de Almería que se utilizan en Navidad como ‘engurruñío’, ‘panzá’, ‘esmallao’, ‘retestinao’, ‘somormujo’, ‘lambreazo’, ‘caramonazo’, ‘esturrear’ y ‘recomeyo’. Tuvo unas palabras para la cabalgata de los Reyes Magos en Almería. “No sabemos este año por donde va a pasar, lo mismo van en un quad o en una retroexcavadora para preparar los bancales, con gotas de agua para pasar por el charco”.

Paco Calavera cerró la fiesta del humor en Roquetas de Mar. “Yo voy con lo que tengo, esta es la ropa que tengo. Soy autónomo. La ropa que tengo la utilizó para tomar café y para ir a una boda. No tengo un duro, estoy arruinado y soy pobre”.

Calavera dio como consejo empezar el día alegre. “Hay que recuperar el sentido del humor, está todo el mundo matándose por la política. El sentido del humor es la supervivencia desde la prehistoria”, señaló. Tuvo un entrañable recuerdo para las primeras televisiones locales, con sus anuncios de personas adivinando el futuro y unos anuncios históricos que aunque pasen los años nunca se olvidan. Calavera cerró una noche grande de risas.

Makeba y Antonia Triviño

Makeba de madre granadina y padre de Guinea Ecuatorial con su pelo tan rizado y sus bailes es todo un espectáculo cuando se pone a hacer monólogos. “Mi nombre es Makeba. Soy de Granada” se presentaba esta mujer que es todo un espectáculo en el escenario. Habló de sus pelos tan llamativos y contó que le preguntaron hace unos días si los pelos eran suyos. Ella no se cortó un pelo y espetó que se los solía poner para robar pintalabios en el Mercadona. “Mi pelo da mucho juego la verdad. Me sirve para dormir y cuanto más lo tocas más crece”. Antonia Triviño también llegaba desde Ganada, concretamente de La Calahorra. Confesó que cambia de estado de ánimo cada siete segundos al día. “Yo paso de la euforia al agotamiento, y del agotamiento a la alegría. Recuerdo que un día estaba en la casa y mire a un lado y vi que mi hijo me había hecho un Picasso en la pared. No sabia que hacer, pero se puso a llorar y le tuve que dar de mamar”.