La galería de arte MECA acoge la exposición colectiva ‘Latencias’
Arte
La muestra que reúne la obra de nueve artistas se puede visitar hasta el próximo 5 de enero
MECA Mediterráneo Centro Artístico acoge la exposición colectiva Latencias hasta el 5 de enero. Latencias es una exposición colectiva, comisariada por Fernando Barrionuevo, que aborda el territorio de lo invisible como fuerza generadora y transformadora.
En un tiempo dominado por la inmediatez de la imagen y la saturación de estímulos, la exposición se erige como un espacio de suspensión, de escucha y de atención hacia lo que no se ve pero actúa. Lo latente, entendido como lo que existe en estado potencial, se convierte aquí en un principio estético y filosófico desde el que repensar la experiencia contemporánea del arte.
Sugiere una presencia contenida, una vibración en espera; es el pulso que antecede a la manifestación, el intervalo entre el pensamiento y la materia, entre la intuición y el gesto. En este sentido, la exposición propone un acercamiento al arte como proceso en constante devenir, como campo de fuerzas en movimiento donde el tiempo, la memoria y la percepción se entrelazan.
Las obras reunidas en Latencias, de los artistas Juan Morante, Francisco Uceda, Mar Garrido, Toña Gómez, Modhir Ahmed, Carmen Guardia, Paco Lagares, Gerda Van Damme y Fernando Barrionuevo, operan desde la sutileza, la sugerencia y la ambigüedad. No buscan imponer una imagen ni cerrar un discurso, sino abrir espacios de resonancia y reflexión. Cada pieza funciona como un eco, como una huella en expansión que se extiende más allá de sus límites materiales, activando en el espectador una percepción sensible y atenta.
El proyecto parte de una premisa esencial: lo invisible no es lo inexistente, sino aquello que aún no hemos aprendido a ver. En la naturaleza, en la mente, en la historia y en el propio cuerpo se manifiestan formas de latencia: procesos que permanecen ocultos hasta encontrar las condiciones propicias para revelarse. El arte contemporáneo, desde esta perspectiva, se convierte en un instrumento de exploración de esos estados intermedios, en un lenguaje capaz de dar forma a lo inaprensible.
La exposición no se organiza bajo un criterio formal o temático cerrado, sino como un tejido de relaciones y tensiones entre obras, materiales y sensibilidades. Las piezas dialogan entre sí como si compartieran un mismo ritmo interno, una respiración común. Algunas se sitúan en el límite de la visibilidad, trabajando con la luz, la sombra, el vacío o la transparencia.
Otras exploran la dimensión energética del espacio, transformando el lugar expositivo en un territorio vibrante, casi vivo. Y otras, más introspectivas, se adentran en la memoria y en los pliegues del pensamiento, revelando las huellas de lo que no se dice pero permanece.
En este contexto, Latencias no se limita a mostrar obras, sino que construye una experiencia. Cada visitante es invitado a recorrer un espacio que respira, que reacciona, que pide silencio o contemplación. La mirada se convierte en un acto de descubrimiento y la presencia del espectador en una forma de activación. Al igual que la latencia requiere de una chispa para hacerse visible, las obras se completan con la atención de quien las observa.
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