Josu de Solaun cautiva al piano con su poesía sonora en Rodalquilar
Música
El artista valenciano emocionó al público en el Anfiteatro de Rodalquilar con su soberbia interpretación de piezas de Schumann y Chopin
El ‘Festival Clásicos en el Parque’, único en España por ofrecer experiencias musicales que despiertan los sentidos en el corazón del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, vivió su penúltima jornada el pasado viernes con el maravilloso recital de Josu de Solaun, uno de los grandes pianistas españoles del panorama actual.
El artista valenciano emocionó al público presente en el Anfiteatro de Rodalquilar con su soberbia interpretación de la Sonata Op.11 en Sol menor’ de Schumann y de los ‘Preludios Op. 28 de Chopin. Dos obras fundamentales del repertorio pianístico. Dos modos distintos y complementarios de preguntarse por lo humano a través del instrumento. La excelencia técnica y la profundidad espiritual del músico valenciano brillaron ante la silenciosa atención de los espectadores, cautivados también por la belleza terrenal y celestial del entorno. Poseedor de una reconocida trayectoria escénica a nivel internacional y de una amplia discografía, el reciente ganador de dos International Classical Music Awards (ICMA) ha añadido su mayúsculo nombre al espectacular currículum artístico del festival en sus 22 años de vida.
Josu de Solaun comenzó su recital con la ‘Sonata Op.11 en Sol menor’ de Schumann, su primera gran obra épica para piano. Una composición que se desborda, se interrumpe y sueña consigo misma siempre. Un diario íntimo, más que una arquitectura. Pulsos obsesivos, fantasmáticos, de máscaras que giran en torno a un carnaval nocturno. Música que no representa, sino que se ejercita, que se lanza siempre hacia lo desconocido. A continuación, llegaron los 24 preludios de Chopin. Una liturgia del instante. Fragmentos y pequeñas ruinas en una especie de rosario laico donde cada pieza, cada número y cada viñeta supone una especie de microcosmos, de emociones, de estructuras y de tiempos. Cada preludio fue un gesto existencial, un suspiro, una pregunta, una herida, una danza interior, una confesión, una revelación, una epifanía, un adiós, un inicio y una esperanza. Un viaje a través de todos los estados del alma, de todos los climas y del espíritu. Así lo relataba él mismo antes de subirse al escenario, constatando que la poesía sonora que emana de sus manos sobre las teclas se corresponde con las palabras que utiliza para describir lo que toca.
“Ha sido un honor compartir este viaje musical con el público. Me ha interesado especialmente presentar este programa no como un documento histórico ni como ninguna sucesión de estilos, sino como una especie de interrogación viva porque tanto Chopin como Schumann en estas obras tempranas (en el caso de Chopin no tan temprana) escriben como quien presiente algo inefable. Me gustaría pensar que, como en el paisaje de Rodalquilar, esta música de ellos seguirá hoy vibrando con verdades que nunca envejecen”, señalaba Josu de Solaun tras su primera vez en el ‘Festival Clásicos en Parque’ y su regreso a Almería 15 años después.
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