Un libro reúne la historia de los 500 años del Castillo de Cuevas del Almanzora

La noche del pasado 28 de diciembre se colgó el cartel de completo en el Teatro Echegaray de Cuevas del Almanzora. Allí se congregaron más de 200 personas con motivo de la presentación del libro El Castillo de Cuevas del Almanzora. Cinco siglos de historia e identidad y la posterior proyección del audiovisual del mismo título.

Tras las palabras institucionales del alcalde de la localidad, Antonio Fernández Liria, quien centró su intervención en la necesidad de una obra de este contenido y características acerca del edificio histórico más emblemático de la ciudad. Enrique Fernández Bolea, coordinador de la edición, aprovechó su turno para exponer la génesis de una obra que comenzó a gestarse en la Navidad de 2018 cuando se celebró, con motivo del 500 aniversario de la construcción del castillo, un ciclo de conferencias cuya temática giró en torno a este edificio como baluarte de la comunidad cuevana y escenario de tantos y tantos episodios que han jalonado su último medio milenio de historia.

Luego quiso agradecer a todos los que, de un modo u otro, han contribuido a que este compendio de estudios sea una feliz realidad, especialmente a los autores de los mismos, a quienes invitó a expresar las valoraciones e impresiones que considerasen oportunas sobre su participación en el proyecto desde un atril habilitado en el escenario, junto a la mesa de presentación.

A Francis González Gallego, el artista que ha creado el dibujo a acuarela y tinta china que embellece la portada del libro, sucedieron en el uso de la palabra los investigadores Dietmar Roth, José Domingo Lentisco Puche, Ismael Motos Díaz y Antonio Llaguno Rojas. Por distintas circunstancias no estuvieron presentes Valeriano Sánchez Ramos, Julián Pablo Díaz López y Antonio Gil Albarracín, para los que el coordinador de la edición tuvo palabras de reconocimiento y elogio acerca de sus trabajos.

Esta primera parte del acto se desarrolló de manera muy dinámica, con momentos divertidos y emotivos, rompiendo de este modo la rigidez que generalmente suele adueñarse de este tipo de eventos culturales. También hubo palabras de encomio hacia el cuidado editorial del libro cuyo responsable, Juan Grima, de Arráez Editores, asistió al acto.

En una segunda parte, Fernández Bolea cedió la palabra a Pedro Perales Larios, director del audiovisual que estaba a punto de proyectarse. Después de detenerse con brevedad en las distintas fases de su realización, en la dificultad de compendiar con amenidad y didactismo cinco siglos de existencia de un edificio tan icónico en un documental de 23 minutos de duración, quiso poner de manifiesto y agradecer el trabajo impecable de todo el equipo que lo ha hecho posible.

En representación del mismo subió al atril Ana González-Grano de Oro, quien además de expresar su satisfacción por involucrarse en un proyecto de esta naturaleza, reivindicó su empleo en los centros de enseñanza de la provincia como un recurso didáctico y divulgativo de primer orden para enseñar sobre nuestro patrimonio histórico, sobre nuestra historia más cercana y concienciar acerca de su aprecio y conservación.

Como broche se proyectó finalmente el mencionado audiovisual que contó con el beneplácito del público asistente. Fue un acto cultural donde el público respondió de forma masiva. Una obra clave y necesaria.