Un viaje en el tiempo hasta el año 1980

Es primera hora de la mañana, y como cada día, al amanecer, un grupo de jóvenes de varios pueblos de la Comarca almeriense del Almanzora, se dirigen a la que ya se ha convertido en su casa desde hace unos meses, concretamente en el Instituto de Macael. Allí, Manolo les enseña todo lo necesario para convertirse en unos profesionales de la Automoción. Entre risas, pasión por este campo, y mucha complicidad, pasan las horas en ese taller, en el que sin quererlo han formado una familia muy especial.

Ya han pasado treinta y ocho años desde que estos adolescentes disfrutasen de sus días en el Instituto, convirtiéndose en el primer grupo del Módulo de Automoción del centro macaelero, que hoy en día sigue formando a cientos de alumnos, y del que continúa a los mandos de Manolo Martínez.

Una etapa de sus vidas que cada uno de ellos recuerda con mucho cariño, pues a pesar de que la vida los ha llevado por diferentes caminos después de este tiempo, siempre los unirá el recuerdo de esos días en los que mientras que se formaban en automovilismo, también lo hacían de la vida.

Hace unos días, decidieron que al fin había llegado el momento de volver a reunirse. Y, como si no hubiese pasado ni un solo día, compartieron complicidades, anécdotas que guardan en un lugar especial, y se pusieron al día sobre lo que había sido de sus vidas después de tantos años.

Con el fin de inmortalizar para siempre la imagen de todos los alumnos de aquel primer Módulo de Automoción, hace casi cuarenta años se echaron una fotografía con su profesor Manolo, que hoy ocupa las exposiciones de la historia de Macael. Una instantánea que han querido recrear, y que fue la excusa perfecta para disfrutar de una jornada juntos.

Uno de estos alumnos, Luis González, fue el artífice de esta idea que, como no podía ser de otra manera, todos recibieron con gran entusiasmo, pues al fin iban a volver a estar junto a esas personas que les acompañaron de una manera muy importante en su juventud.

Tras reunirse en la Plaza de la Iglesia de Macael, pasearon por el pueblo, pues muchos de ellos hacía tiempo que no pasaban por allí, y la imagen de la 'Ciudad del Oro Blanco' ha cambiado mucho desde entonces.

En la caminata, hicieron una parada donde estaba la clase. Se colocaron uno a uno en la misma posición en la que estaban en la original, junto a la misma puerta del taller que entonces era su aula, y donde pasaban los días durante cinco años en los que duraba esta formación en automoción. Una fachada que no ha cambiado prácticamente nada.

Su camino terminó en uno de los restaurantes más conocidos del lugar, situado justamente junto al Instituto donde ahora se sigue impartiendo esta formación. Allí, les prepararon un menú acorde para la ocasión, donde todos gozaron de una jornada muy emotiva, en la que parecía un viaje en el tiempo.

Tras la comilona, llegó el momento de inmortalizar ese día para siempre. Y antes de echarse la fotografía de familia una vez más, rindieron un sentido homenaje a Manolo Martínez, su profesor, con una placa conmemorativa con los que eran entonces sus dos coches, y que realizaron ellos mismos para este día. Martínez agradeció lleno de emoción el gesto de loa que fueron sus alumnos.