El parqué
El mercado se recupera
Es momento de hacer balance de la temporada del Almería; de un proyecto de 54 millones de euros en el que, tras consumar un descenso inapelable a Segunda División, se volvió a confiar para únicamente alcanzar un sexto puesto en la clasificación. Un resultado final del que, por supuesto, hay que tomar nota desde un espíritu crítico. Porque es indiscutible que el ‘caso Suárez’ fue una adulteración total y absoluta de la competición. Pero la UDA no pierde el ascenso en el playoff. El ‘adiós’ a la vuelta a Primera se produce con una plantilla que, dicho por el propio Rubi, no destacaba por su sentimiento de unidad como vestuario. También por su nefasta segunda vuelta de campeonato, con tan solo un triunfo lejos del Mediterráneo. Y ni que decir de los registros defensivos, con nada más y nada menos que 55 goles en contra. Argumentos que, en definitiva y, pese a contar con el mejor jugador de la categoría, son insostenibles para poder alcanzar una promoción de manera directa. Una apuesta que, salvando honrosas excepciones como Lopy, Suárez, Arribas o Pubill, ha resultado ser un fiasco deportivo y económico. Esta es la realidad de un Almería que está obligado la temporada que viene a hacer una renovación de la plantilla con vistas a conseguir ese bloque ganador que, de verdad, pelee por el ascenso a la máxima categoría del fútbol español. A partir de esta hoja de ruta, rebrotará la ilusión en el almeriensismo. Cuento con que se produzca ese lavado de cara y no solo con la venta de los cracks. No hay excusa. El fin de ciclo es evidente. Dos ejercicios que, tras la mayor inversión de la historia de la entidad, han dejado un descenso anticipado y un sexto puesto en Segunda División. Una decepción de 54 millones de euros.
También te puede interesar
Lo último