Con un par

Txabi Ferrero

Fútbol de mentira

Álvaro García, Djuka o Puma Rodríguez recordaron al Lazarillo de Tormes

27 de abril 2022 - 01:48

El fútbol es para listos y los tontos son los que pierden. El partido de anteayer en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, al margen del resultado, tuvo de las dos cosas. Con siete puntos sobre el descenso, la misión del Sporting era no perder a toda costa. Aceptó su inferioridad y se ajustó al guión. Lo hizo sin importarle nada ni nadie. Lo suyo fue puro teatro hasta el descanso. La máxima del fin justifica los medios convirtió a los asturianos en un elenco de actores. Alvaro García, Djuka o 'Puma' Rodríguez recordaron al Lazarillo de Tormes y a la novela picaresca del XVI. Su actuación fue tan prodigiosa como chusca. Engañaron y fingieron como profesionales de la mentira. Se retiraban cojeando y entraron al galope. El reglamento está para cumplirlo y para incumplirlo, y el Sporting se agarró a lo segundo. Pararon el partido cuanto y cuando quisieron. Más que un equipo el cuadro astur fue una banda de caraduras, de pillos. Su puesta en escena fue una réplica colectiva de Medina y Luceño, la pareja de moda del pelotazo. Sin antifaz, aquellos se llevaron 6 palos, que diría Piqué. Los de Pep Martí llegaron para robar y robaron tiempo al tiempo, convirtiendo la primera mitad en una crónica burlona. El Almería, pura candidez, llegó a tirar varias veces el balón a banda para que fueron atendidos estos jugadores y el Sporting llegó a finalizar una jugada en ataque con uno de estos actores sobre el césped. La ley de la compensación mal entendida. Llegados a este punto, el lector dirá que todo lo descrito es propio de final de curso y no le es ajeno a nadie. El resultado fue justo con la UDA, pero muy injusto con el espectáculo. El respetable acepta esta tomadura de pelo por el amor a los colores y la importancia de los puntos. Pero este tipo de fútbol no es sostenible y pasa factura.

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