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LOS SANTOS ÓLEOS, FUENTE DE VIDA
En la maña del Miércoles Santo, de manera adelantada, - por motivos pastorales- ya que es una Fiesta propia del Jueves Santo, la Iglesia vive uno de los momentos más significativos del Calendarios Litúrgico: La Misa Crismal.
El obispo, con todos los sacerdotes de la Diócesis y el pueblo cristiano, se reúnen en la Catedral, para celebrar la Santa Misa, renovar las promesas sacerdotales y bendecir el Óleo de Catecúmenos y el de Enfermos, y consagrar el Santo Crisma.
El aceite de oliva es uno de los cuatro símbolos más importantes del cristianismo, junto con el pan, el vino y el agua. La muerte de Jesús y el drama del Calvario también están en relación con el olivo puesto que fue hecho preso mientras oraba en el Huerto de los Olivos, también denominado Getsemaní en hebreo, cuyo significado es "prensa de aceite". Este lugar es concebido por el catolicismo como lugar de redención cuando Jesús entendió que Dios estaba a su lado y aceptó en su interior su pasión. En el cristianismo el olivo también se identifica con la victoria, el triunfo de la vida sobre la muerte, por ello los primeros cristianos ornamentaban sus tumbas con ramos de olivo.
Así pues, el aceite de oliva sirvió para ungir a sacerdotes dotándoles de autoridad, gloria y responsabilidad, actuando en nombre de Dios y del Espíritu Santo. El honor de ser ungidos también se otorgó a reyes y monarcas confirmándoles el poder y la fuerza procedente de Dios. David, el segundo de los monarcas del Reino de Israel es ungido rey con aceite de oliva por el profeta Samuel, tal como nos narra la Biblia (Sam.16:13.).
De igual forma el aceite de oliva significa la curación de la enfermedad. Este uso del aceite sagrado como elemento de sanación ya se constata en la época de las catacumbas cristianas. En la medicina popular es habitual encontrar ejemplos de cómo las gentes realizaban ritos curativos con aceite de oliva de las lámparas sagradas de las iglesias
El aceite de oliva ha estado muy presente en los sacramentos y en la liturgia cristiana desde los orígenes de esta religión hasta la actualidad. Con el aceite de oliva se preparan tres tipos de óleos sagrados: el óleo de los enfermos, el óleo de los catecúmenos, y el Santo Crisma
El primero de los aceites bendecidos, el óleo de los enfermos, está destinado al sacramento de la Unción de Enfermos En este sacramento se entiende el aceite de oliva como medicina, que consolará y fortalecerá al enfermo. En última instancia simboliza la sanación definitiva que llegará con la resurrección.
El Santo Crisma es un óleo mezclado con algún bálsamo o aroma como fragancia simbólica y para facilitar su distinción con el resto de óleos. Este aceite de oliva está destinado al sacramento de la Confirmación, el obispo traza una cruz con el aceite sobre la frente del cristiano simbolizando la donación del Espíritu Santo. El Santo Crisma también se emplea para la ordenación y consagración de presbíteros y obispos; a los presbíteros se les ungen las manos mientras que al obispo se le unge la cabeza. El bautismo es otro de los sacramentos donde hace presencia el óleo sagrado del Santo Crisma, tras el baño de la cabeza se unge con aceite de oliva la coronilla del bautizado.
Posteriormente este aceite se reparte a cada parroquia y son los titulares de cada una de ellas los encargados de custodiar los aceites sagrados y administrarlos en los sacramentos oportunos.
Es en los días en los que celebramos la Muerte y Resurrección de Cristo, donde cobra todo su sentido esta celebración. Con este aceite santo nos unimos a Él y nos hace ser Reyes, Sacerdotes y Profetas, hace sacerdotes al servicio de su pueblo, nos dan fuerza para luchar contra el mal y sanan nuestras debilidades y dolencias.
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