Mujer de agua
El ‘dos en uno’ de Amérigo
Almería, y no sólo la futbolística, despidió ayer a Joaquín Amérigo con su presencia en el Tanatorio de Huércal, con dolor y sinceridad. El de Sorbas era un tipo gruñón e incluso mal encarado, de aspecto retador desde su particular tono de voz y sin dobleces, tirado pa’lante, frío y directo. En realidad era un ‘dos en uno’. La primera impresión era la de una persona de pocas formas, pero de puertas a fuera, como si fuera una chaqueta metálica y defensiva. Pero en el cara a cara, en la intimidad, ese andamiaje se venía al suelo y lo cambiaba por otra factura, la de un buen amigo de sus amigos, leal y sincero. Era un diamante, de extrema dureza y mucha cristalización, el valor de todo mineral, por su calidad humana. Lo digo y escribo desde la experiencia y trato que me dan años de amistad y confidencias. El sorbeño, muy futbolero de palabra, obra y omisión, se subió en la grada o cabinas de prensa y radio para no desvincularse de su gran pasión, la de haber sido profesional del balón. Pero el deseo y la realidad viajan en direcciones diferentes y su cabeza y piernas no iban a la misma velocidad. El mundo del periodismo deportivo ganó un gran radiofonista, un enamorado de su profesión, y del fútbol. El ejercicio de preguntar y repreguntar le avaló una reputación y le granjeó adversarios, que no enemigos, pero una legión de amistades. Y no hay mejor manera de expresar ese cariño que publicar. Bajo la edición del IEA firmamos a cuatro manos “Almería-Emery, de la A a la Y” por la primera vocal de la provincia y última letra del apellido del técnico que devolvió a la UDA a Primera tras un largo viaje por el desierto. El hondarribitarra, desde la distancia, ha sumado su pésame al de otros muchos como el que este suscribe. Goian Bego. Agur lagun.
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