El parqué
Avances generalizados
Siguen pasando los días tras la “pataleta” de Rubi y seguimos sin noticias de Pepe Bonillo, representante del Almería en LaLiga y que debería de explicar qué votó y por qué lo hizo cuando se aprobó, no sólo el calendario del pasado curso, del que tanto se queja Rubí, como el del próximo, aprobado recientemente. Y por lo que estamos viendo, mucho me temo que el discurso o el enfado de Rubi no va en sintonía con lo que opina el club. Desconozco si eso le habrá hecho mucha gracia o no al técnico, quien tal vez se esperaba una “legión” de apoyos a su causa reivindicativa. Un Rubi que, entre otras cosas, hizo referencia a que en este fútbol “prima” más lo económico que lo deportivo, y, tal vez, no le falte razón. O ¿acaso hubiera renunciado a su suculento contrato, que le asegura una jubilación placentera, por no haber conseguido el objetivo del ascenso? El entrenador aceptó ese reto capitaneando una nave que hizo el ridículo, arrastrándose por la gran mayoría de campos de Primera, y en la que confió para complacer a los dirigentes en su empeño de volver a la élite, pero se quedó en el camino, siendo el responsable de una plantilla, la más cara de la historia, y que no funcionó la temporada pasada ni esta. Un plantel que llegó a tener hasta cinco entrenadores y solo Pepe Mel cumplió para lo que se le trajo: ser capaz de ganar un partido. Pero sí, en este fútbol profesional prima lo económico, porque difícilmente de la venta de abonos, por poner un ejemplo, el Almería y todos los clubes podrían hacer frente a los compromisos adquiridos si no fuera por otro tipo de inyecciones monetarias, léase la televisión, que son un auténtico colchón salvavidas para ellos.
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