Ojalá existiera lo de la OTI
Artistas e intelectuales en el mundo de los toros
Casi nadie duda de que la Fiesta de los Toros es un Arte. De ahí, su gran repercusión artística a lo largo de los siglos XIX y XX, porque la Fiesta es algo que encierra magia. El flamenco en su cante y a la guitarra han manifestado en lo más hondo de su corazón la fuerza de su amor por los toros. La Poesía prende, enciende las palabras, porque existe algo primordial, la Estética. El poeta, fino receptor de lo bello, escribe con arte sus versos, así como el músico refleja en sus notas el aire que se extiende al abrir la capa como una vela al viento. Cada pase es una simbiosis entre los versos y las notas musicales. Ahí surge el duende, decía el poeta granadino García Lorca, siendo de todo ello testigos los mantones de manila que adornan nuestra Plaza de Toros. Antonio y Manuel Machado, García Lorca, Pemán, Rafael Alberti, grandes aficionados, y por ello han dedicado sus poemas a la Fiesta como nadie. García Lorca escribe “Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Megías: “Recitan en sus versos a las banderillas, a la sangre, a la montera, a la verónica, al molinete de fuego, a la chicuelina y a la gaonera de incienso”. Asimismo, pintores como Goya (siglo XVIII ) y Picasso (siglos XIX-XX) lanzan sus pinceles de oro a la tauromaquia, en todas sus vertientes y modalidades. Son muchos los compositores que han dedicado sus partituras a pasodobles que suenan en las plazas como El Gato Montés, Manolete, Pepita Creus , Nelva, España Cañí, Suspiros de España y Gallito, entre otros. Dos artes que van unidos.
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