La cara social del fútbol

Todo desplazamiento tiene dos caras. Una es la deportiva, la del partido objeto de la visita. La otra es la social y tiene que ver con la posibilidad de establecer relaciones humanas. La muerte de un aficionado ceutí por un infarto al corazón en el mismo graderío dejó en un segundo plano al fútbol y unió en el dolor a las aficiones después de saciar la sed y el apetito en una previa tabernaria alegre y bullanguera en ‘El Tapí’, cerca del Estadio. La AD Ceuta llevaba casi medio siglo sin militar en Segunda y su ascenso le ha metido de nuevo en el mapa. La afición caballa sabe lo que cuesta y no quiere retroceder e implora mantenerse en la LFP. Está deseando conocer a seguidores de los otros 21 equipos de la categoría y que éstos les conozcan, en una promoción turística y humana. Pero llegar a la Ciudad Autónoma no es sencillo. El viaje es largo, penoso y costoso. Hay que ir a Algeciras y hacer noche. Coger el ferry y dormir de nuevo en Algeciras, para regresar al día siguiente y completar 380 kms, cuatro horas de recorrido con tres peajes de autopista, si se quiere. El equipo caballa ha recibido al Sporting, Huesca, Zaragoza, Eibar y Mirandés, quienes desplazaron a muy pocos seguidores, una docena de hinchas en el mejor de los casos. La respuesta de la afición rojiblanca, con unos 150 aficionados, sorprendió y agradó a los ceutíes, quienes exhibieron una cordialidad admirable, digna de ser conocida. Ceuta es pequeña y coqueta, con 83.000 vecinos y sólo 18 kilómetros cuadrados, pero su hinchada demostró grandeza y humildad.