Seamos sinceros con bueno gusto. Y más allá de los tópicos y arquetipos sobre la cocina andaluza y nuestros productos. A fuerza de insistir nos encontramos en Tribeca, una estrella Michelin en Sevilla (la otra es el veterano Abantal) con una explosión de sabores: una frase recurrente que en este caso es exacto. Sabores y sentidos con sentido a través del maridaje con ron Barceló Imperial, firma que ha promovido un almuerzo con las excelencias de Tribeca para emparejarse con los destilados caribeños.

El restaurante Tribeca de Sevilla, con el chef Pedro Giménez como jefe de cocina, ha elaborado ese menú maridado con diferentes cócteles de Barceló Imperial y Barceló Imperial Onyx, protagonistas en el lado de la bebida. La iniciativa tiene como contexto el 40º aniversario de Barceló Imperial y de ahí esta experiencia sensorial y gastronómica guiada a través de su gama premium.

Pedro Giménez ha creado un menú compuesto por cuatro entrantes, dos principales a base de pescados, un segundo donde la carne toma el protagonismo y un postre irresistible. La experiencia comienza con un brandada de bacalao ahumado, aceitunas negras y naranja en capirote. A cotinuación, pollo con langosta, royal de berberechos y croqueta de calamar koji.

Estaos entrantes van acompañados del cóctel Mix de mojito y rebujito, que cuenta con Ron Barceló Imperial, vino fino jerezano, lima y hierbabuena: el denominado como mojito sevillano.

La experiencia continúa con dos platos principales con el pescado como elemento principal de los emplatados. Vieiras a la meunièrey foie gras marble; y la pesca del día a las brasas. Estas propuestas se maridan por el cóctel Mulata Daiquiri, una exquisita versión del clásico coctelero tropical con Barceló Imperial, licor de cacao y naranja amarga.

En los segundos la carne se convierte en protagonista. El chef de Tribeca ha elaborado dos propuestas: membrillo, vino tinto especiado y trufa de invierno; y pularda rellena con jugo de asado y castañas. Los segundos han contado con el maridaje de un trampantojo de vino tinto, un cóctel de Barceló Imperial Onyx, oloroso, licor de melocotón y Pedro Ximénez. De nuevo las esencias jerezanas combinan con el ron.

La experiencia gastronómica ha finalizado con uno de los postres más emblemáticos del restaurante Tribeca: yema calbarro de calabaza asada y yogur de leche ahumada de oveja. La cata de Barceló Imperial Premium Blend 40 aniversario, un exquisito ron de producción limitada, doblemente envejecido y reposado en toneles de roble francés ha puesto el broche de oro a un menú que está disponible en Tribeca hasta el 28 de febrero.

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