Graderío

Ramón Gómez- Vivancos García

El fútbol es una profesión

29 de julio 2019 - 02:31

No sé si me hago mayor, futbolísticamente hablando, o uno analiza las situaciones de una manera más profunda para intentar hilar fino en esta, mi colaboración semanal con Diario de Almería. Entre otras cosas, hay que estar atento a las opiniones vertidas en esa barra libre del sentir popular, llamada redes sociales. En ellas se dejan entrever diversos pareceres que complementan el sentimiento de los aficionados que suelen encontrarse cara a cara en una ciudad mediana en cuanto a tamaño como Almería. Y es que hay quien todavía coloca a los jugadores al mismo nivel que la afición de toda la vida, que casi nace y muere por su club. Esto viene a colación acerca de la expectación creada en la presente pretemporada sobre las pretendidas renovaciones y la ansiada permanencia de los baluartes de la anterior campaña. A veces, con toda la buena voluntad del mundo, vemos a los jugadores como unos aficionados más, cuando en realidad ellos son unos profesionales. No miran tanto por la ciudad ni aman los colores como los seguidores que temporada tras temporada adquieren su abono con esfuerzo y cariño. Es normal, viven de sus méritos dentro de un periodo corto, el cual deben aprovechar al máximo. Si Álvaro Giménez desea cambiar de aires, sus compañeros no le van convencer como dicen por ahí, a menos que alguien (compañero o aficionado) le pague los euros de diferencia que percibiría el delantero en un club de Primera o de Segunda, con respecto a lo que la UDA le puede pagar, además de coger el llamado último tren de su vida deportiva. Salveljich tendría muchas ilusiones por seguir en Almería, pero al final ha firmado por un club que le paga por temporada el doble de lo que percibirá Peybernes, siendo este uno de los mejor pagados como rojiblanco. O sea, menos golpes de pecho porque todos estudiamos nuestra economía y, repito, es normal. Incluso, a igualdad de emolumentos, más de un jugador querría estar en una plantilla que, a priori, le parezca más competitiva a la hora de lograr objetivos deportivos. A día de hoy, el Almería no es aquel que invirtió tanto por Piatti, sino que sigue siendo un club instalado en una relativa modestia, que ha vuelto a fichar varios jugadores que no dejan de ser una incógnita. Esa circunstancia, a buen seguro, ejerce de obstáculo. Tampoco perdamos la cabeza por la anterior campaña; sí, se esperaba menos, pero se completó una buena temporada como tantas otras que, por ejemplo, ha desarrollado el Numancia en Segunda. En ocasiones también se dan otras coyunturas, como la de René, donde todas las piezas encajan. Última etapa de su carrera, edad avanzada, titularidad casi asegurada y acomodo profesional en el club para su pareja. Por eso, él mismo debe comprender la ansiedad de su compañero Álvaro por encajar sus propias piezas. Recuerdo cuando Esteban quiso volver a Oviedo. Ejemplo de amor a los colores aunque, no nos engañemos, el excancerbero rojiblanco ya extrajo en el apartado económico todo el jugo al fútbol. En resumidas cuentas, los aficionados se quedan en la ciudad apoyando a su equipo cada campaña, las entidades también permanecen en las ciudades (a veces ni eso), pero los jugadores, e incluso los directivos, van y vienen según sus intereses.

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