Frenazo a golpe de errores

Es complicado imaginar un final de año peor para el Almería que el protagonizado en las últimas dos jornadas contra Burgos y Málaga. El equipo sumó dos derrotas y, sobre todo, acumuló malas sensaciones antes del parón navideño. Un frenazo a golpe de errores que confirma los problemas más reconocibles y hace florecer otras preocupantes cuestiones. En el primer escalón, la presencia de Aridane Hernández comienza a ser una temeridad para el equipo. Una fallida apuesta que cuenta con el respaldo de Rubi, responsable directo de la prolongación de esta situación. Las actuaciones del central canario están perjudicando gravemente a un equipo que ha pasado de ser una fortaleza a un castillo de naipes en el plano defensivo. No obstante, más allá de los borrones del veterano futbolista, la UDA no ha sabido aprovechar sus momentos en ambos encuentros. En los dos empezó por debajo en el marcador, igualó la contienda y, tras el empate, no aceleró la maquinaria para voltear el resultado y, por ende, terminó encajando nuevamente para salir derrotado. Asimismo, no se intentó un arreón final en los minutos restantes en busca del punto. La dependencia en Adrián Embarba y Sergio Arribas está incrementándose con el paso de las semanas y el Almería necesita de la aportación en la cuota goleadora de sus delanteros, al igual que de los futbolistas de segunda línea. Sin embargo, la lectura positiva es que este golpe de realidad ha llegado justo antes del inicio del mercado invernal. El momento es ahora o, más bien, en febrero, ya que enero probablemente volverá a ser una condena.