Microbiota navideña

Se habla del intestino como ‘segundo cerebro’ y de su conexión con el ‘primero’ (que muchos lo tienen más abajo, en las gónadas, no en el cráneo), y de la importancia de la microbiota intestinal y su relación con la salud. En estos días en los que comemos rico y abundante, esos billones (con b) de bichitos que habitan en nuestras tripas supongo que estarán contentos (¿o preferirían brócoli, hay turrón de brócoli, sin azúcar, por supuesto?); pero en cualquier caso, si estas viandas las tomamos en compañía de yernos, nueras y, sobre todo, cuñados, la microbiota puede alterarse muchísimo y originarnos todo tipo de enfermedades. El otro día leí en el Abc que investigadores europeos estudian el impacto de las reuniones familiares de Navidad en el bienestar físico y mental, y, al parecer, los cuñados en particular pueden ser muy peligrosos para la salud en estas fechas, máxime, y esto lo añado yo, porque ya llegamos a final de año con una flora intestinal al límite por culpa de la fauna de políticos que soportamos: basta escucharlos algunos minutos a la semana, no es necesario todos los días a todas horas. Al mismo tiempo, El País se refería a los millones de españoles que han roto con amigos y conocidos por hablar de política en estos tiempos de tanta polarización.

Uno llega a la conclusión de que en estos días lo mejor sería no hablar de política en las reuniones familiares, y si muchas acaban como el rosario de la aurora, que sea por peleas de herencias y cosas así, no por lo último que ha soltado Sánchez, Feijóo o Rufián. Pero si al final el alcohol hace de las suyas, convendría posicionarse en una de las dos trincheras que acabarán formándose, porque si uno la emprende contra ambos bandos, va a recibir de los dos: “Aunque el primero en expresarlo fue Rodríguez Ibarra, yo lo pensé en la misma noche electoral, ¿y si el PSOE dejara gobernar al PP, llegando además ambos partidos a los necesarios acuerdos para impulsar el desarrollo extremeño, y en otra autonomía hicieran lo contrario? Hoy por ti, mañana por mí, representamos a la gran mayoría de electores. ¿No sería la mejor forma de frenar a los ultras de ambos extremos? ¡Menudo disgusto se iban a llevar, aparte de Ayuso y Abascal, Sánchez y sus socios!”. Pero si tras decir algo parecido nota que unos y otros empiezan a mirarle raro, aclare rápido que era una inocentada. Mejor coma y calle, cuide su microbiota en estas fechas.