Opinión

Manuel Pozo Domene

Nosotros ¿qué podemos hacer por Gaza e Israel?

20 de mayo 2025 - 03:07

¿qué podemos hacer nosotros, simples ciudadanos de a pie, ante este drama que sabemos que acontece a 3600 kilómetros de España? En las actuales condiciones, ¿cuánto tiempo más van a poder resistir los 2,1 millones de gazatíes que sobreviven prisioneros dentro de la Franja de Gaza?

Desde que tenemos memoria la mayoría de nosotros hemos conocido el conflicto palestino-israelí. Ahora, en este primer tercio del siglo XXI contemplamos cómo ha dado un salto cualitativo hacia la barbarie. A día de hoy ya es una catástrofe humanitaria, pero que puede alcanzar proporciones dantescas. Ante esta locura, ante esta negrura, ¿qué rayo de luz puedo ofrecer yo? A propósito de esta pregunta permíteme un homenaje agradecido que puede iluminar. En estos días nos acaban de dejar dos referentes morales, dos líderes: el Papa Francisco, y Pepe Múgica. Ambos nos regalaron una lección de amistad social: procedían de tradiciones culturales y religiosas muy distintas pero sus trayectorias vitales hicieron que se encontrasen, y de ahí brotó una amistad personal cimentada en los valores que compartían. Aprovechemos esta lección. Hagamos un ejercicio de inteligencia social, de generosidad, de lucidez. Todos vamos en la misma barca, y juntos, llegamos mucho más lejos. ¿Qué podemos hacer nosotros por Gaza, e Israel?, ¿quién puede parar esto? Y la primera respuesta nos señala a nosotros mismos, a la sociedad civil. Somos nosotros, cada uno y cada una, aquí, en todas las partes del mundo, los que podemos y debemos exigir que se detenga este genocidio.

Pero, ¿quién puede parar el actual baño de sangre? A esta segunda pregunta la única respuesta que encuentro es que es la propia sociedad israelí, si ésta así se lo exige mayoritariamente a su gobierno. Solo la propia sociedad israelí puede detener el actual genocidio.

Así pues, hagamos un ejercicio de ciudadanía con un signo permanente y significativo capaz de interrogar, concienciar, de expresar. Un signo que en los espacios cotidianos se vaya multiplicando por nuestros pueblos y ciudades y sobrepase las fronteras alcanzando las conciencias de toda la humanidad y de los actores principales de tanta barbarie. Para la paz que, en este caso, anhelamos en Oriente Próximo el signo son dos banderas colgadas en nuestro balcón o fachada, juntas, la israelí y la palestina, ambas con un crepón negro en memoria de las víctimas de ambos pueblos. Con este gesto queremos trasladar a ambas sociedades este mensaje: “no estáis solos, estamos con vosotros; nos duele lo que os estáis haciendo; parad esta espiral de violencia y sufrimiento, esta siembra de odio; que cese la destrucción y muerte que provocan las armas; daos la oportunidad de un presente y un futuro mejores; todos sois necesarios; los únicos que sobran son los violentos y asesinos”.

No es mucho lo que yo puedo hacer por vosotros, pero con este poquito desde mi casa, esto es lo mucho que quiero deciros: intentad, por favor, la paz.

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