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Me atrevería a decir que el Almería firmó uno de los mejores partidos de la temporada el pasado domingo. Un equipo con identidad, dominador y que tuvo entre ceja y ceja la portería rival. Más no se puede pedir. Solo hay dos argumentos para explicar por qué la UDA no sumó de tres: el rival y la ausencia del mejor futbolista de la categoría. Les podrá parecer muy osado, pero la tropa de Hidalgo es, de lejos, el mejor bloque que ha visitado el Mediterráneo esta temporada. A los datos me remito: es el único equipo que ha sumado una portería a cero en su visita a Almería este curso. Sí, lo del Castellón fue un festival ofensivo, pero en Segunda no se premia pintar el lienzo más bonito. Esta película va de conformar un colectivo ganador; el Huesca lo es. Cualquiera puede plantear un bloque bajo para contrarrestar a un buen ataque. Lo fundamental es cómo lo llevas a cabo. Porque al final defender es un arte y en esa faceta ellos llevan rozando la perfección desde que arrancó la temporada. Intensos, organizados y con un nombre propio diferencial -Dani Jiménez-. Bajo esta fórmula, la que todo entrenador ansía, el Huesca rascó un punto de Almería. El segundo punto para comprender el resultado final es la ausencia de Luis Javier. El otro día se presentaba la primera prueba de fuego para un equipo que, por desgracia, confirmó que tiene una dependencia total y absoluta del cafetero para encontrar portería. Los muchachos de Rubi cumplieron con creces como colectivo. Dominaron con balón, deshicieron el muro oscense en más de una ocasión y generaron oportunidades lo suficientemente buenas para ponerse en ventaja. Pero no tuvieron la malicia necesaria para castigar dentro del área el más mínimo despiste del rival. Un instinto asesino que solo puede presumir en esta plantilla Luis Javier. Desde luego que no hay mejor prueba que este partido para pedirle a la dirección deportiva que acuda al mercado para firmar a otro delantero.
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