Hay vida

Cuando se viven temporadas como la que acabamos de sufrir quienes seguimos a la UD Almería, todo se tambalea. Aquellos que valoramos lo que sucede alrededor del terreno de juego casi por encima de lo que ocurre sobre el propio césped -el apartado social, el patrimonio que un club aporta a su provincia- empezamos a dudar de si el daño provocado por un curso tan aciago sería irrevocable. ¿Se perderá el himno a capella? ¿Descenderá la masa social? ¿Desaparecerán esas previas que con timidez estaban empezando a ser constantes? ¿Se terminarán los recibimientos? ¿Viviremos viajes como los de antaño? En medio de esta incertidumbre, una iniciativa en Twitter -me niego a referirme a él como X- cambió todo. Un usuario, @UDAdePriimera, tanteó con un fabricante asiático la posibilidad de reproducir una réplica de la camiseta del Almería CF de mediados de los 90. La respuesta afirmativa del diseñador dio como resultado un híbrido de las equipaciones que vistió el equipo entre la 95/96 y la 96/97, dos cursos en los que este histórico club que cedió su ficha federativa a la actual UDA fue vestido por Rasán con la icónica publicidad de un incipiente Almerimar en el centro de la camiseta. La guinda, el irrisorio precio a las que este distribuidor las dejaba. A un servidor le costó 4,99 euros. A partir de aquí, locura. Nostálgicos del CF y jóvenes que jamás vivieron esa etapa han arrasado con esta prenda hasta el punto de que ya se han avistado docenas de ellas por la provincia. El primer partido de liga promete ser una inundación. El motivo del éxito de esta iniciativa es doble: primero, el auge de lo retro, que hace que cualquier guiño al pasado genere una inmensa atracción en el aficionado. Segundo, la solera de una masa social asentada, numerosa y capaz de organizarse para homenajear su historia ante la falta de interés de su club. Y esto es lo más importante, porque quiere decir que, pese a las penurias sufridas, continúa habiendo movimiento. Mucho. Almería sigue viva.