Inversión en acciones de Recursos Básicos
Intolerantes y Broncano
Mariló Montero ha demostrado durante lustros que no tiene problemas en meterse en jardines difíciles de escapar. Dio un paso al frente en La Revuelta sabiendo en qué berenjenal se podía meter, pero no sospechaba cómo se lo iba a tomar Broncano. La navarra más andaluza criticó el sesgo tan partidista que tiene la actual TVE (tiene toda la razón, mañana seguimos) pero sacar a Canal Sur como ejemplo de pluralidad por emitir toros no fue lo más afortunado ni para su defensa ni para justificar la actual RTVA. Tanto TVE como Canal Sur son evidentes rehenes de los gobiernos y sus directrices mueven las cuerdas de sus informativos y el dinero de las productoras. La diferencia es que La 1 es ya una cadena monotemática claramente sectaria. A la autonómica andaluza la salvan los formatos que realmente se ven (y se sienten, incluso): los que se emitían ya en la etapa socialista. Entre una cadena y otra los espectadores están huérfanos. Las cadenas públicas han dejado hoy de tener su sitio.
Y tenemos a Mariló criticando a TVE dentro de TVE (cuando ella está contratada por uno de sus programas no coloreados políticamente, MasterChef). No es nada nuevo, pero ahora a los críticos se les patalea. ¿Dónde está el respeto a la idea (democrática) del otro en el medio público de una democracia? Broncano, más tenso que el Pirulí, trató mal a Mariló y ahora se pavonea con los datos. Si el odiado Pablo Motos deja a una entrevistada de pie durante casi una hora no le queda continente. Broncano es mala gente y él lo sabe.
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