Análisis

Pantaleón Mecías Escámez

Morir de éxito

Lucas Robertone y Fernando Martínez levantan el Trofeo Memorial Juan Rojas tras imponerse el pasado año al Al-Nassr.
Lucas Robertone y Fernando Martínez levantan el Trofeo Memorial Juan Rojas tras imponerse el pasado año al Al-Nassr. / Marian León

09 de agosto 2025 - 03:12

Igual que uno suele escoger la vía beligerante, en este caso, en mitad de toda la vorágine mediática derivada del flamante nuevo Día del Club y consiguiente irascibilidad de la parroquia, afrentada de nuevo públicamente, toca reconocerle a los mandamases rojiblancos, encabezados por su cara visible, el éxito de la insuflación unionista que ellos (y sólo ellos) han generado en el aficionado. Ya saben que nada les gusta más que apuntarse un tanto, pero hoy se lo apuntamos nosotros. Apelando a la lógica más rabiosa, no queda sino concluir que, para todas las partes implicadas y competentes, el sonrojante vacío (paliado con atrezzo de chicha y nabo) de los abonados de la UDA es un nuevo éxito de la propiedad indálica. O, en su defecto, el primero de esta especie de spin-off protagonizado por Al-Khereiji tras la huida de Turki. Gran parte de la afición descontenta es muy joven y, sin este proyecto, iría por la calle con las camisetas del Madrid o el Barça (...). Estas palabras concedía el CEO rojiblanco a este medio hace 52 días, cuando se le preguntaba por los más disidentes con su figura (afectado, como ven). Efectivamente, la gente pasa de Madrid, Barça, Cristiano o Migueli. Por eso, el plantón de los abonados ante las ¡Grandes estrellas que visitan nuestro estadio el 10/08! Es un nuevo éxito, porque ha sido desde la zona noble desde donde se ha frenado la oleada madridista y culé que siempre ha imperado. Porque sí: siempre ganan. Incluso cuando pierden. Incluso cuando el Mediterráneo acoge eventos exclusivamente dirigidos al de fuera, al que está de paso. Incluso permitiendo que su gente se sienta desplazada por 10 mezquinos euros… cuando su público objetivo es el que puede pagar 60 o 120. Si hay que morir, que sea de éxito.

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