La UD Almería tenía el domingo otra oportunidad de las pocas que le van quedando si no quiere estar desahuciado antes de tiempo. Recibía en su casa al Granada. Los dos colistas; el muerto y el degollado. Los nuestros con dos puntos producto de sendos empates y los granadinos con cuatro, después de un triunfo y un empate en siete partidos. Por eso el encuentro no era uno más, no es un clásico ni nada por el estilo. Era la escalera para trepar en un campeonato que va abriendo brecha entre los de arriba y los de abajo. Mucho tiene que pasar para que el Celta se quede en la cola, el Girona, pese a la derrota contra el Madrid, ya ha tejido un colchón de dos plazas. El Rayo de Francisco hace lo propio. Tal vez el Alavés o el Mallorca, pero hasta el momento Las Palmas, Granada y Almería están condenados a sufrir hasta el final o a despedirse antes que acabe la temporada si no logran sumar de a tres. Así se presentaban en el Power Horse, con tanta necesidad que si existiera la posibilidad hasta perdían los dos. El Almería venía de comerse cinco ante el Sevilla, lo que provocó la destitución de Vicente Moreno. Asumió Alberto Lasarte la interinidad, el técnico del filial, quien saltó al verde a poner la cara. Un partido como tantos, hasta que apareció Luis Suárez. Un ex del Granada. Una astilla del mismo palo que en 10 minutos le hizo un hack trick a los de Los Cármenes. Ahí se podría haber terminado el partido. Tres goles seguidos que la grada no celebraba desde vaya a saber cuándo, con la inoperancia de los defensores visitantes y los regalos de los mediocampistas. La cosa podía haberse apretado si Antonio Puertas apenas comenzada la segunda parte hubiera convertido un penalti que atajó Maximiano con la bota del pie derecho. Pero en el 65’ Bryan Zaragoza se lo guisó y se lo comió. Nueva pena máxima que el Granada no desperdició. Había partido. En un contragolpe Ricard tira cruzado, parecía un centro pero la pelota dio en el palo y entró. Unzuni hizo el empate. Podían haber ganado y perdido los dos. Suárez se fue en ambulancia. Almería y Granada, también.
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