Una nueva esperanza

Comenzábamos el fin de semana con la noticia de la venta del club. Turki vende todo a su paisano Mohammed Al-Khereiji, otro loco del fútbol que esperemos esté más presente y activo en el día a día de la entidad. El domingo se dio un baño de masas en el Estadio, donde ya había estado con anterioridad, pero esta vez como presidente. Al-Khereiji, que intentó comprar el Chelsea hace no tanto, supone una nueva esperanza para el aficionado rojiblanco. Turki no tenía tiempo para el club y se había dejado llevar. Lo veíamos más preocupado de su boxeo y su Ryadh Season que de lo que acontecía por nuestra tierra. No sabemos cómo de presente podrá estar el nuevo presidente, pero sí espero que se deje ver más y esté al corriente de todo. Porque la venta, en principio, no cambia muchas cosas. Se mantiene la estructura actual, la misma directiva y El Assy sigue siendo CEO. También seguimos siendo el club de Arabia Saudí en España. Pero quiero creer que Al-Khereiji, al igual que hicieron Turki con Alfonso García y Alfonso con Blanes, nos llevará a más y el Almería seguirá subiendo peldaños en su evolución. Estamos mejor ahora de lo que estábamos cuando Alfonso vendió. La Ciudad Deportiva y la fase 2 del Estadio, que ojalá revise y mejore, son los dos grandes desafíos de la nueva propiedad. El ascenso también. Lo visto ante el Racing es prometedor. Equipo y afición respondieron y, si jugamos a ese nivel, podemos aspirar a todo. Portería a cero, seguridad atrás, sin apenas sobresaltos, fluidez en ataque y numerosas ocasiones de gol. Regreso triunfal de Chumi, Lopy imperial, Arribas desatado y Suárez diferencial. Tenemos los mimbres y, por eso, cuesta entender lo que ha pasado en esta segunda vuelta y duele que se nos haya escapado el ascenso directo. De nada sirve lamentarse. Aún hay tiempo de lograr el objetivo. El robo del Cádiz ha servido para que el sentimiento y el orgullo rojiblancos despierten y hemos recuperado la ilusión y la esperanza. Por delante dos jornadas de infarto. Lo bueno es que dependemos de nosotros mismos y quiero creer que el equipo no nos va a volver a fallar. ¡Sí se puede!