Olvido e ilusión

La Liga 2025/26 en Primera y Segunda ya está aquí, y no es poca cosa. El fútbol es el deporte más practicado en el mundo y ocupa, preocupa e interesa a millones de personas en los cinco continentes. Además, la Segunda División no es una categoría cualquiera. Es la primera en emoción y es una competición larga, dura y cargada de ilógica. El calendario liguero en la División de Plata se juega de sol a sol, y sol tras sol. Lo más parecido al trabajo de un temporero. Empieza en verano- agosto- y acaba a las puertas de la temporada estival- mediados de junio-, con la disputa de los play off. Llega como se fue con el calendario asimétrico, una de sus señas de identidad. A diferencia del modelo clásico, la segunda vuelta no replica el orden de la primera. Es decir, si un equipo empieza el campeonato contra otro, no volverá a enfrentarse en la misma jornada tras el ecuador del calendario. Los unionistas disputaron cuatro partidos a domicilio la temporada pasada en las cinco primeras jornadas y el arranque de este curso es de tres partidos como visitantes- Leonesa, Real B y Valladolid- y dos en casa, Albacete y Racing de Santander, el primer rival en la 2024/25 y uno de los últimos. La competición, un cúmulo de emociones encontradas, da para ser optimista, reír y sonreír, y para ver las cosas desde el prisma más negativa, y llorar y amargarse. Conviene lo primero, aunque la Almería más futbolera arrastra la fama, ya casi tradición, de un carácter pesimista, enfermizo y proverbial, que supera el perfil ciclotímico de todo aficionado al fútbol. Pero convendría recordar que el fútbol es ilusión y olvido, para lo bueno y malo, pero una cosa y la otra no tienen por qué repetirse. La invitación está servida. Acuda, anime y sea feliz.