Pleitesía y reverencias

Volvemos con una taza de café bien cargada. Como suele ser habitual, ya saben ustedes. El domingo se vivirá un despropósito en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. Un espectáculo de culto a Al-Nassr de Cristiano Ronaldo en el que el Almería y, sobre todo, su afición, han quedado en un segundísimo plano. Un encuentro en el que los abonados son los únicos que ha superado la prueba lanzada por el club. La inmensa mayoría ha evitado caer en la trampa. Con este escenario, sálvese quien pueda, habrán pensado las grandes mentes que gestionan la entidad. Estaba claro que la idea inicial era sacar tajada de la presencia del equipo saudí en la ciudad a costa de todos los que fueran a acudir al estadio de forma casual. Afortunadamente, los seguidores que sienten ese escudo como suyo han evitado ser partícipes de lo que supuestamente es el partido de presentación del equipo. La gratuidad solo queda reservada a unos miles de personas vistas las consecuencias de la marginación, una vez más, de la masa social rojiblanca. No fue suficiente el trato en la campaña de abonos. No fueron suficientes dos temporadas indignas a nivel deportivo. Tampoco lo fue escuchar las acusaciones de que antes no había afición en Almería. Ni la desaparición del Trofeo Memorial Juan Rojas. Pleitesía y reverencias. Queridos lectores, la realidad es bien diferente. Ganar no es solo que tu equipo meta más goles que el rival. Ganar también es superar momentos como éste. Almería es mucho más grande un amistoso. El almeriensismo debe ser respetado. Siempre.