La polémica está servida

Cada vez más cerca parece estar la disputa de un encuentro de la Liga española fuera de nuestras fronteras. El viejo anhelo de Javier Tebas, presidente de LaLiga, parece estar cada vez más cerca de convertirse en una realidad después de que esta misma semana la RFEF diera su visto bueno a la celebración en Miami, en territorio estadounidense, del encuentro que en la decimoséptima jornada medirá al Villarreal y al FC Barcelona que debería disputarse en el Estadio de La Céramica, dando traslado a UEFA y FIFA de la solicitud. Algo que no deja de ser un nuevo ataque al aficionado español, quitándole al seguidor del Villarreal la posibilidad de ver en su asiento de siempre uno de los grandes partidos de la temporada, e incluso a la integridad de la competición, quedando desvirtuada con esta medida que conllevará que uno de sus equipos acabe disputando un partido menos en su feudo. Por mucho que diga Fernando Roig, presidente del Villarreal, es una completa injusticia para los aficionados del conjunto groguet y por mucho que asegure que todos los abonados del club amarillo podrán disponer de viaje y entrada gratuita para el choque. Como si cualquiera se pudiera permitir el lujo de viajar hasta la otra punta del planeta con tantas horas de vuelo y dejar el trabajo a un lado. Y tampoco es de recibo la medida de reintegrar un 20% de lo que hayan pagado por el abono de esta temporada aquellos seguidores que no viajen, puesto que habrá quien anteponga el poder ver a su equipo a lo económico. Lejos quedó aquello del ‘Fútbol es para los aficionados’ que tan de moda se puso como protesta contra la Superliga. ‘Gánatelo en el campo’ decían. Todo vale por la pasta.