Temporada alta del pesimismo

Iilusión y olvido. El fútbol es un estado de ánimo que escribe historias cada semana bajo este mismo guión. Ilusiona con el triunfo y decepciona con la derrota. Así es, siempre ha sido y será. Las risas y lágrimas van por barrios y el cerrado duelo entre optimismo y pesimismo es cosa de rachas. La UDA ha conocido una muy provechosa, con 14 jornadas sin perder, que le aupó a lo más alto. Ahora sufre otra, negativa, de cuatro semanas sin ganar, que le ha descabalgado del liderato y le ha mandado a la sexta plaza. Los optimistas cotizan a la baja y es la temporada alta de los pesimistas. Es, así las cosas, su momento, el que justifica su carácter. La crisis de juego y resultados reafirman sus pronósticos. Rubi ha pasado de ser un mago a sufrir ataques de entrenador. El equipo no se expresa sobre el césped y no hay quien le entienda. El cafetero Luis Suárez es de lo poco que se salva y en Riazor falló más que una escopeta de feria. Y no hablemos de Lázaro Vinicius, ese brasileño justito, que agotó su magia con el gol de tacón contra el Leganés en Copa, y de quien no se espera que firme el gol del ascenso. Lo que se dice un desastre a pesar de que el equipo está a dos puntos del ascenso directo. Los pesimistas tienen otro motivo más para relamerse si la cosa se pone fea el lunes contra el Elche. Restarán 15 partidos y 45 puntos, pero la Liga habría finalizado literalmente para los rojiblancos. Asi como sueña! Las fuerzas del mal, resentidos incluidos y despechados, habrían ganado al resto. Elclub se vende, el jeque se va y a otra cosa.