Ver los árboles en el bosque

La cuestionable actuación arbitral perpetrada por Dámaso Arcediano y José Antonio López no debe ocultar la preocupante deriva futbolística del Almería. Los grandes momentos futbolísticos que encadena el equipo se ven opacados por los tramos de desconexión, que han terminado por suponer un problema enraizado a causa de los desaciertos individuales. El potencial del bloque nos asegura un techo muy alto, quizás el que más en la categoría de plata, pero el suelo determina que lo más coherente es ir todavía con pies de plomo. Entiendo el malestar del aficionado con las decisiones protagonizadas por el VAR, cada día más difíciles de argumentar para cualquier seguidor de este deporte. Sin embargo, también es lógica la incertidumbre generada por la UDA en estas primeras cinco jornadas. Este equipo tiene pocos defectos, pero son muy fuertes. Hay dos puntos de vista para analizar esta situación: una negativa, en la que la fragilidad defensiva es una losa tan pesada que se mantendrá con el paso de las semanas; o una positiva, en la que la suma de refuerzos y la posibilidad de contar con toda la plantilla de cara a este sábado permitirá ir ajustando automatismos con los roles completamente asignados. No obstante, lo cierto es que la mejora no debe prolongarse en demasía en medio de un mes de septiembre que obliga a un sobreesfuerzo en cada pulgada del terreno de juego. La “velocidad de crucero” anunciada por Joan Francesc Ferrer Sicilia ‘Rubi’, que llegará en octubre según el técnico de Vilassar de Mar, no sirve para despejar las dudas actuales. Porque en esto del fútbol, por suerte o por desgracia, prima el presente. Lo de mañana hay que olvidarlo hoy. Que el bosque no nos impida ver los arboles.