Hemos entrado en la Semana de Pasión, vísperas de la Semana Santa, tras un fin de semana de gran intensidad cofrade con el Pregón Oficial de la Semana Santa en el Auditorio Maestro Padilla de la capital, pronunciado por el canónigo y consiliario de las Hermandades de La Macarena y El Perdón, Rvdo. Ramón Garrido Domene, en presencia de autoridades y público en general, quienes ocuparon la platea y palcos para escuchar en forma de pregón, la autenticidad espiritual de la Palabra de Dios. Previamente, tres momentos de catolicismo popular. Los traslados de Nuestra Señora del Rosario del Mar y Nuestro Padre Jesús de las Penas en el Abandono de sus discípulos desde la iglesia de San Juan al Santuario de la Virgen del Mar, comienzo de su procesión piadosa el Jueves Santo. El sábado, día de la Encarnación, desde el templo parroquial de La Almedina, el Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de las Angustias peregrinó a la iglesia de la Compañía María, donde en el Día del Amor Fraterno iniciará su cortejo pasionista. Y, el domingo de Pasión, Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia y María Santísima de Gracia y Amparo, La Coronación desde la iglesia de Santa María Magdalena en Los Molinos al colegio de la Salle, génesis el Martes Santo de su Estación de Penitencia. Un viernes último de gran significado penitencial, que comenzó con un momento estelar de la Cuaresma, el cortejo procesional infantil organizado por la comunidad educativa del Colegio de la Milagrosa camino del templo de San Sebastián para rendir culto público al Cristo del Amor y Nuestra Señora del Primer Dolor. De la hora sexta a las vísperas con el Vía Crucis de Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento recorriendo las calles de la feligresía de la S.A.I. Catedral de la Encarnación, en pleno casco histórico, al igual que lo hiciera el día anterior, Nuestro Padre Jesús en la Oración en Huerto de Los Estudiantes, impregnando los sentires más profundos de la impronta cofrade entre conventos de clausura, aireados por las oraciones monacales, fragancias del incienso y el olor azahar de los dispersos naranjos. Cruzando la Rambla de Amastisteros y las bóvedas del Cable Inglés, en el señero barrio del Zapillo, desde el templo de San Pío X con solemnidad barroca Nuestro Padre Jesús del Gran Poder realizó su Vía Crucis impartiendo bendiciones a todos los vecinos a la espera del Lunes Santo, que vestirán con austeridad y silencio túnicas de cola de negro ruan. Paz y Bien.