A Son de Mar

Inmaculada Urán / Javier FornieLes

Celia Viñas

En Almería no hay tantas castas ni tantas clases. Al instituto acuden la hija del gobernador militar junto a chicas con alpargatas

En un mes de junio nació Celia Viñas. Y en un mes de junio murió. Su figura ha sido historia viva en la ciudad. Pero con el tiempo muchos de los que la conocieron ya no están con nosotros y nos parece interesante recordar su paso por Almería.

Muchos de sus libros y discursos han envejecido. Las normas retóricas son hoy muy diferentes. Pero hay una obra que merece la pena releer con atención. Nos referimos a la correspondencia que mantiene con su familia y que editó Francisco Galera en el IEA con el atinado subtítulo de 'Autobiografía de una profesora y retrato de aquella Almería (1943-1949)'. Celia Viñas llegó con 27 años. La primera impresión de la provincia es la que nos trasmite más tarde Goytisolo: "Un verdadero paisaje lunar". Observa desde la ventanilla cómo los guardias civiles dormitan en los cruces y cómo, en Cuevas, una avalancha de mendigos pide a gritos una 'perrica'. Estamos aún en los años más duros de la posguerra. Su presencia en la ciudad supone, además, un misterio. ¿Por qué ha elegido esta provincia habiendo sacado el número uno en sus oposiciones? "La leyenda negra de Almería asusta a la gente", nos dice, y es casi la primera vez que viene alguien con sus méritos sin estar castigado o sin tener aquí sus raíces.

Pero ella tiene un plan y una firme voluntad: quiere ganarse el afecto de sus nuevos convecinos. Lejos de quejarse, empieza a ver la ciudad como si fuese suya: pronto habla del 'solazo andaluz en las azoteas, las palmas esbeltas, el cielo azul'. Ante el recelo inicial de la gente, le dirá a su hermana que "naturalmente voy diciendo que Almería es preciosa". Para añadir enseguida: "y… es verdad". Destaca algo, que se mantiene en parte y que, para nosotros, constituye un motivo de satisfacción: en Almería no hay tantas castas ni tantas clases. Al instituto acuden la hija del gobernador militar junto a chicas con alpargatas, las hijas de pescadores y las sobrinas del alcalde.

Lo cierto es que solo un año después confiesa a su familia con legítimo orgullo: "En estos momentos soy la personalidad más destacada de Almería". Y, "pasmaos", añade, felicitada hasta por la Jefa de Falange, con la que poco tiene que ver. La próxima semana contaremos cómo lo logra. Pero lo mejor sería que fueran ustedes al libro de Francisco Galera y entendieran por sí mismos el milagro y cómo era la Almería de esos años.

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